La comunicación 3.0 es, como su nombre lo indica, un tercer hito o tipo de comunicación. Recordemos los dos anteriores.
La comunicación 1.0, que se dio cuando las empresas enviaban mensajes a sus clientes y estos únicamente receptores o espectadores de esa comunicación unidireccional.
Luego vino la comunicación 2.0, marcada por una comunicación bidireccional. Las empresas envían mensajes y los clientes opinan sobre ella. Seguidamente, las empresas analizan las opiniones de sus clientes y realizan campañas de marketing con la información obtenida. La evolución de la tecnología facilita la comunicación en ambas direcciones.
En la naciente comunicación 3.0 el cliente, además de opinar y ser tomada en cuenta su opinión para mejorar el producto o servicio, tiene lo que se llama el poder de la relación contractual. Se trata de un consumidor que ha evolucionado, haciéndose inconformista y exigente. Busca información interesante y obliga a las empresas a marchar al ritmo de sus exigencias. Gracias a los avances tecnológicos y sobre todo a la expansión del internet en diferentes dispositivos, es un consumidor que interactúa con otros consumidores intercambiando opiniones y experiencias.
Pero no solo las personas aprovechan el avance tecnológico. Las empresas han reaccionado, llegan a más público y en forma más eficiente mediante una comunicación adaptada al consumidor actual, a las exigencias de un usuario con exceso de información. Es así como se construye la comunicación 3.0, la comunicación dirigida a las personas.
Mediante la comunicación 3.0 las empresas tienen la oportunidad de hacer sentir importantes a las personas con las que interactúan. Pueden hacer que el consumidor tiene un trato personificado, lo que a su vez atrae a más clientes. Por medio de la tecnología pueden ofrecer una actitud igualitaria a sus clientes y así ganar más clientes.
La comunicación 3.0 se caracteriza por ser recíproca y por permitir a los consumidores hacer recomendaciones y comentarios acerca de una experiencia de compra o una valoración del servicio vía redes sociales. Una buena experiencia compartida por un cliente que etiqueta a la empresa puede ser viralizada en redes sociales y captar no solo más seguidores al fanpage o más lectores del sitio web, sino más compradores. Esta es una forma concreta de generar valor que aporta el uso metódico de la comunicación 3.0.
Se dice también que un objetivo de la comunicación 3.0 es emocionar al usuario. Cabe señalar que la emoción es un aliado de la fidelización. Si hay emoción, con seguridad habrá interés por el producto o servicio. Y este paso es decisivo para la obtención de confianza. Y con la confianza la empresa no solo consigue un fan, sino un comprador fiel que, además, aconsejará el producto en su entorno.
FUENTE CONSULTADA:
Artículo "La comunicación 3.0. La comunicación hacia personas", publicado por el portal Expertos Negocios Online.
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