El empoderamiento de los consumidores está instaurando nuevas condiciones en el mercado global, afectando todos los procesos organizacionales.
Para Fernando Maradiegue Tuesta, docente del curso Innovación Operativa & Dynamic Demand Planning del PEE de ESAN, "la dinámica del flujo de información y materiales, basado en el comportamiento predominante de los clientes" ha dado paso al uso del esquema Pull en los procesos de suministro.
Las condiciones que han llevado a esto, expone Maradiegue, pueden resumirse brevemente así:
● Suministros y demandas globalizadas.
● Disminución de los ciclos de vida de los productos.
● Disminución de tiempo de tolerancia del cliente.
● Aumento en la complejidad de productos y/o personalización.
● Presión por reducir los inventarios.
● Inexactitud de los pronósticos.
● Mayor variedad de productos.
● Largos tiempos de entrega de partes / componentes.
La respuesta natural de las organizaciones ante estas condiciones, dependiendo de su contexto socioeconómico y su propia escala, es implementar el Demand Driven Material Requirements Planning (DDMRP).
La metodología del DDMRP busca alinear los procesos de la empresa con la demanda real de sus clientes. Allí entra en juego el esquema Pull, un mecanismo flexible y reactivo que permite satisfacer las necesidades conforme aparecen.
Al contrario del esquema Push, que depende de los pronósticos acertados de la demanda, un esquema Pull opera con riesgos reducidos alrededor de esta. La organización espera a que exista una demanda de su producto o servicio para hacerlo llegar al cliente correspondiente.
Las ventajas de operar bajo un esquema Pull pueden condensarse de la siguiente manera:
1. Reducción al mínimo de los desperdicios generados (de tiempo, mano de obra, materia prima, etc.) en la producción.
2. Disminución de los costos asociados con el almacenaje de los bienes producidos, pues la producción se centrará solo en lo que será despachado en la inmediatez.
3. Mejora en la eficiencia de la cadena y procesos de abastecimiento. Entra la materia prima necesaria y salen los productos finales justos.
Todos estos beneficios del esquema Pull se traducen, al mediano y largo plazo, en un incremento de la rentabilidad de la organización. Esto con el añadido de contar con clientes más satisfechos que volverán a solicitar los servicios o productos que se ofrezcan.
Como se señaló anteriormente, ambos métodos difieren ampliamente en su acercamiento a la reposición de los bienes. Sin embargo, la elección entre uno u otro responderá, siempre, a las necesidades propias de la empresa.
En muchos casos, de hecho, las organizaciones implementan un esquema mixto que permite hacer un Push para distribuir los artículos a centros estratégicos y desde allí operar con el esquema Pull al momento de suplir la demanda de tienda.
La cuestión definitiva es que si el objetivo de la organización es operar bajo la reposición por consumo tendrá que adoptar el esquema Pull para poder hacerlo.
Fuentes:
Demand Driven MRP - Nuevo método para la gestión de la Cadena de Suministro: un estudio de caso
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