En un mundo en permanente transformación, las compañías han empezado a reevaluar sus servicios y los procesos para obtener estos, con la intención de ofrecer mejores propuestas de valor para sus consumidores. Para ello, se han enfocado en la reconceptualización de lo que ofrecen, en su implementación operativa y en desarrollar proyectos de mejora para optimizar sus procesos.
Una de las herramientas necesarias en este cambio, que tiene como objetivo implementar sistemas ágiles, es el BPM o Business Process Managemenet. Este sistema de gestión de procesos tiene como norte mejorar la competitividad de las organizaciones y contribuir con la innovación dentro de esta.
Para ello, el BPM funciona como una práctica empresarial que permite estudiar, identificar, cambiar y supervisar los procesos en un negocio o proyecto. Para Gustavo Ortega, docente del curso de Implementación ágil de procesos con design thinking y gestionada con scrum (2020) del PEE de ESAN, este "nos provee de las herramientas adecuadas cuando rediseñamos procesos dentro de un marco de trabajo".
Si bien el Business Process Management puede ser catalogado como una tecnología, puesto que existen software diseñados y pensados para facilitar las gestiones, es realmente un modo de hacer: implica analizar, rediseñar, implementar, revisar, gestionar, automatizar y obtener resultados cuantificables de mejorías en los procesos de las empresas o proyectos.
Según Gustavo Ortega, en la implementación de la agilidad en los procesos empresariales, "el BPM nos ayuda a revisar el funcionamiento de los procesos tal cual es. Así mismo, provee las herramientas para analizarlo y proponer mejoras".
Es importante resaltar que esta metodología no posee una receta inmediata de cambio. Para que sea exitosa su implementación se deben conocer las condiciones específicas de la organización, para así adaptar, con expectativas reales, las mejoras.
En líneas generales, lo primero es identificar el proceso a optimizar, si puede ser modelado y estandarizado. También es importante reconocer su impacto sobre las diversas áreas del negocio y cuáles son los agentes involucrados en este.
Luego se procede al rediseño y reconfiguración de los sistemas que le competen para implementar el cambio y diagnosticar su funcionamiento. En estas etapas, que implican tiempo, enfoque y esfuerzo, puede surgir la necesidad de asignar recursos adicionales o disminuirlos (que siempre es a lo que se apunta) para mejorar el desempeño empresarial.
Gustavo Ortega plantea las siguientes interrogantes sobre la aplicación de BPM: "¿Qué pasa si a las herramientas clásicas del BPM le incluimos herramientas Lean y herramientas creativas que ponen en el centro al cliente? ¿Qué pasa si ese proyecto de mejora de proceso se gestiona de manera ágil?
Lo ideal en el contexto actual es trabajar con equipos multifuncionales que al rediseñar los procesos pueden integrar metodologías creativas, como el Design Thinking, o los principios del SCRUM para obtener resultados impactantes, que lleven el proceso de transformación hacia un objetivo concreto de manera eficiente y eficaz.
"El reto está en integrar el BPM con marcos creativos y marcos ágiles", indica el docente de ESAN, para así poder ofrecer propuestas diferenciales con resultados económicos y de gestión muy favorables.
Fuentes:
Abitzar. "Conceptos básicos sobre BPM - Business Process Management".
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Otto Regalado, docente del MBA y jefe del área académica de Marketing de ESAN, advirtió en Infobae que la inclusión de Machu Picchu en una lista internacional de destinos que “ya no vale la pena visitar” refleja fallas en su gestión turística. Señaló problemas como la informalidad en la venta de boletos, el exceso de aforo y la falta de seguridad y planificación. En lugar de negar las críticas, propuso replantear la administración del santuario, para convertirlo en un modelo de turismo sostenible y regenerativo.
Enrique Louffat, profesor principal en los Programas en Administración del MBA, Maestrías Especializadas y de Educación Ejecutiva de ESAN, explicó en Gestión que la convivencia entre distintas generaciones en el trabajo representa uno de los mayores desafíos para las organizaciones. Señaló que las diferencias en estilos, valores y formas de comunicación deben ser gestionadas con estrategias como mentorías cruzadas, esquemas laborales flexibles y programas de formación adaptados.
Raúl Odría, docente de ESAN Business Law, explicó en Canal N que la Sunat comenzará a fiscalizar los pagos realizados mediante Yape y Plin como parte de su estrategia para reducir la informalidad. En esta línea, recomendó a los microempresarios organizar sus finanzas, emitir comprobantes y trabajar de la mano con sus contadores, ya que Sunat ya puede rastrear estos movimientos a través del sistema bancario. Asimismo, precisó que no está justificado cobrar un monto adicional por aceptar pagos con billeteras digitales.