El teletrabajo ha sido el antídoto para contrarrestar los riesgos de la crisis sanitaria y económica en el país. Los colegios, los institutos y las universidades empezaron a dictar clases virtuales; los centros de salud incrementaron las teleconsultas; las iglesias organizan misas a través de internet, y las empresas de retail impulsaron la compra a través de sus páginas web y las entregas a domicilio.
En el sector estatal, las instituciones, como es el caso del Reniec, también implementaron servicios online para servicios como la emisión de duplicados de DNI. Estos cambios en los sectores público y privado conllevan a nuevas dificultades en el nivel organizacional y nuevos retos para las áreas de Recursos Humanos, de cara a la nueva normalidad y los próximos años.
Desde la llegada del coronavirus hasta la actualidad, la mayoría de los procesos especializados en el interior de las empresas ya se han virtualizado. El reclutamiento virtual se realiza mediante plataformas, como LinkedIn, o intermediarios laborales, mientras que los predictores de selección y las entrevistas laborales se desarrollan por videoconferencias, a través de plataformas, como Zoom.
Los colaboradores que adoptaron el trabajo remoto o híbrido han desarrollado su resiliencia, su creatividad y su capacidad para gestionar mejor su tiempo.
Las diversas pruebas psicotécnicas o de conocimientos especializados ahora se aplican a través de internet. Además, la verificación de referencias de candidatos a un puesto de trabajo se realiza mediante el acceso a páginas web de instituciones oficiales, como sucede con Sunedu, para las certificaciones de grados académicos universitarias.
En el caso de las evaluaciones de desempeño, existen plataformas que permiten just in time la evaluación de organizaciones de sus diversos stakeholders y a 360 grados, con participación de jefes, colaboradores, clientes, externos, etc. Las capacitaciones se realizan a través de los medios virtuales síncronos o asíncronos, en diversas competencias.
Asimismo, se han implementado plataformas, es el caso de Teams, para facilitar el trabajo en equipo y mantener los vínculos entre colaboradores, así como para organizar sesiones de mindfulness o de actividades físicas. Las remuneraciones también se realizan de forma virtual, a través de las boletas electrónicas y las transacciones en cuentas bancarias de los sueldos.
Los trabajadores que adoptaron el trabajo remoto o híbrido han desarrollado su resiliencia para superar la adversidad que les depara el contexto actual, producto de la pandemia de la COVID-19. También aprendieron a gestionar mejor su tiempo, a aplicar metodologías ágiles en sus labores y a aumentar su productividad.
Otra habilidad que han potenciado es la creatividad para buscar nuevas soluciones a problemas habituales de su organización. Asimismo, aprendieron a manejar herramientas digitales que les permiten mejorar la interacción con sus colegas y con los diversos stakeholders de la empresa. Se debe destacar también el desarrollo de un pensamiento crítico para tomar decisiones difíciles en entornos volátiles, inciertos, complejos y ambiguos (VUCA).
El contexto de la nueva normalidad ha influido en la decisión de los Gobiernos de imponer la adopción del trabajo remoto o híbrido en las empresas. Sin embargo, la decisión de implementar el trabajo remoto o más bien uno híbrido depende mucho de las actividades primarias o secundarias en la cadena de valor de cada empresa.
Actividades primarias, como la elaboración de productos tangibles, requieren de intervención presencial para gestionar los aspectos logísticos, la actividad en el interior de la fábrica y la comercialización. Las actividades secundarias o de soporte pueden realizarse de forma virtual, como sucede con las transacciones financieras.
Las viejas estructuras organizacionales se han visto en la necesidad de dar paso a las estructuras ágiles. Sin embargo, el proceso de reestructuración puede ser demasiado lento y puede conllevar otras dificultades como la reorganización y reducción del personal, lo cual implica que los colaboradores que conserven sus puestos asuman nuevos roles con mayor carga laboral para suplir la ausencia de sus antiguos colegas.
Las áreas de Recursos Humanos deben trabajar por la salud y la seguridad organizacional y personal de sus colaboradores, adoptando medidas que permitan a los trabajadores mantener su equilibrio espiritual, emocional, racional y fisiológico. Estas acciones, además, deben apuntar a la reducción o eliminación de accidentes de trabajo y/o enfermedades profesionales en el nuevo espacio laboral. ¿Trabajas a distancia o de forma híbrida? Cuéntanos tu experiencia.
Los colaboradores que adoptaron el trabajo remoto o híbrido han desarrollado su resiliencia, su creatividad y su capacidad para gestionar mejor su tiempo.
Profesor principal, presidente del Comité de Admisión de Posgrado (Doctorado, MBA y maestrías especializadas) en ESAN Graduate School of Business. Asimismo es miembro de diversas instancias académicas y de gobierno, tales como la Asamblea Universitaria, el Consejo Universitario, el Tribunal de Honor y el Comité de Hostigamiento Laboral. Además, es coordinador académico del PADE Internacional en Administración de Empresas.
Doctor en Administración (Ph. D.) y maestro en Administración (M. Sc.) por la Universidad de São Paulo, Brasil. Pasantía doctoral en la Escuela de Graduados en Administración y Dirección de Empresas del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (EGADE/ITESM), Monterrey, México.
El cuadro de mandos integral permite contar con una visión global y en tiempo real de todos los aspectos clave de la empresa en un solo lugar, desde el rendimiento financiero hasta la satisfacción del cliente.
El outplacement es una estrategia clave para gestionar despidos con responsabilidad, apoyando a los colaboradores en su transición laboral. Este artículo explora sus beneficios, tipos y etapas, destacando cómo potencia la empleabilidad, fortalece la marca empleadora y minimiza riesgos. Descubre cómo implementar este proceso y transformar desafíos en oportunidades.
A simple vista, resistencia y resiliencia pueden parecer términos similares o, incluso, sinónimos. Sin embargo, un análisis de mayor profundidad nos permitirá distinguir la diferencia entre ambos.