En un mundo cada vez más globalizado, donde las empresas operan en múltiples mercados y monedas, la gestión del riesgo cambiario es esencial para mantener la estabilidad financiera y garantizar la rentabilidad. Las fluctuaciones en el tipo de cambio pueden tener un impacto significativo en los estados financieros de una empresa y afectar tanto los resultados del ejercicio como la posición patrimonial. Estos efectos se reflejan a través de distintos tipos de ajustes que se aplican a los activos y pasivos denominados en monedas extranjeras.
Los ajustes por tipo de cambio, como el ajuste por traslación, la conversión de moneda funcional y la reevaluación de activos y pasivos, pueden generar ganancias o pérdidas, y su adecuada gestión puede marcar la diferencia entre un resultado positivo y uno adverso para la empresa. El impacto de estas fluctuaciones depende, en gran medida, de la estructura de activos y pasivos monetarios, así como de la relación entre la moneda funcional y la moneda extranjera involucrada.
Por ello, es crucial que las empresas no solo comprendan los efectos de estos ajustes, sino que también implementen estrategias de mitigación adecuadas. Dichas estrategias, como el uso de instrumentos financieros de cobertura, la diversificación geográfica y la alineación de activos y pasivos en la misma moneda, permiten a las organizaciones reducir el riesgo asociado a las fluctuaciones cambiarias y mantener una posición financiera saludable. Gestionar de manera eficaz estas situaciones protege la rentabilidad y el patrimonio, y proporciona una ventaja competitiva en un entorno económico complejo y volátil.
Este ajuste se realiza al consolidar los estados financieros de una filial en el extranjero. La moneda funcional de la filial se convierte a la moneda de presentación de la empresa matriz. Las variaciones cambiarias suelen reconocerse en el otro resultado integral (OCI, por sus siglas en inglés).
En caso de subida del dólar, los activos y pasivos de las filiales extranjeras aumentarán su valor al ser convertidos, lo cual genera una ganancia en el OCI. En caso de bajada del dólar, los activos y pasivos disminuirán en valor al ser convertidos, lo que conducirá a una pérdida en el OCI. Por ello, aquí proponemos tres estrategias de mitigación:
Cuando una entidad cambia su moneda funcional debido a una variación significativa en sus condiciones económicas, los activos y pasivos deben convertirse a la nueva moneda y al tipo de cambio de ese mismo día.
En caso de subida del dólar, los activos y pasivos denominados en la moneda local aumentan en términos del dólar, lo que beneficia el balance. En caso de bajada del dólar, los activos y pasivos convertidos disminuyen, lo que perjudica la posición financiera. Por ello, aquí proponemos dos estrategias de mitigación:
Consiste en la reevaluación de los activos y pasivos denominados en una moneda extranjera al cierre del período contable. Las variaciones en los tipos de cambio se reflejan en los resultados financieros.
Si los activos monetarios son mayores que los pasivos monetarios y se produce una subida del dólar, dichos activos aumentan su valor y generan ganancias. En caso suceda lo opuesto (pasivos mayores que activos), las bajadas del dólar provocarán la disminución de los pasivos y generarán ganancias para el negocio. En ese sentido, compartimos tres estrategias de mitigación:
Consiste en la conversión de los activos y pasivos de las filiales extranjeras a la moneda de presentación de la matriz y al tipo de cambio que se registra al final del período.
Si se registra una subida del dólar, los activos y pasivos aumentarán en valor, lo que mejorarán los indicadores financieros. En caso de una bajada del dólar, los activos y pasivos disminuirán su valor, lo que afectará la posición financiera de la empresa. Se recomiendan dos estrategias de mitigación:
Estas fluctuaciones en el valor de las inversiones en filiales se deben a variaciones en el tipo de cambio, reflejadas en el patrimonio. En caso de subida del dólar, el valor de las inversiones aumenta, lo que incrementa el patrimonio. En caso de bajada del dólar, el valor de las inversiones disminuye, lo que reduce el patrimonio. En este caso, se recomiendan dos estrategias de mitigación:
Las partidas monetarias se revalúan al tipo de cambio vigente al cierre del período, mientras que las partidas no monetarias se mantienen al tipo de cambio de la fecha de adquisición.
Si los activos monetarios son mayores que los pasivos monetarios, las subidas del dólar aumentan el valor de dichos activos y generan ganancias, mientras que las bajadas producen pérdidas. En caso los pasivos monetarios sean mayores que los activos monetarios, la ganancia se produce cuando baja el dólar. Se proponen tres estrategias de mitigación:
Estas estrategias de mitigación pueden reducir el impacto negativo de las fluctuaciones cambiarias sobre los estados financieros de la empresa, según la estructura específica de activos y pasivos, y la naturaleza de las operaciones internacionales.
Las normas internacionales de información financiera (NIIF o IFRS, por sus siglas en inglés) que regulan los distintos ajustes relacionados con el tipo de cambio y la conversión de estados financieros son las siguientes:
Estas normas proporcionan las pautas para contabilizar los efectos de las variaciones cambiaria y aseguran que las empresas presenten una imagen financiera justa y precisa que refleje de forma adecuada la influencia del tipo de cambio en sus activos, pasivos y resultados. Al aplicar estas normas, las empresas deben seguir un enfoque sistemático que incluye identificar la moneda funcional, aplicar tipos de cambio correctos y registrar las diferencias cambiarias según con los requerimientos establecidos por las NIIF.
Las NIIF y los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados de Estados Unidos (USGAAP, por sus siglas en inglés) presentan algunas diferencias en la forma en que regulan los ajustes relacionados con el tipo de cambio y la conversión de estados financieros. A continuación, detallo las principales diferencias:
En resumen, aunque las NIIF y los USGAAP se centran en la traducción de estados financieros y los ajustes por tipo de cambio, difieren en algunos detalles de aplicación y en cómo se determina la moneda funcional, la clasificación de ciertos ajustes y el tratamiento en situaciones específicas, como las economías hiperinflacionarias. Estas diferencias pueden tener un impacto significativo en cómo se presentan las ganancias y pérdidas de cambio, así como en la comparabilidad de los estados financieros entre empresas que manejan distintos estándares. ¿Has aplicado alguna de las estrategias mencionadas para mitigar riesgos de ajustes por tipo de cambio? Cuéntanos tu experiencia.
Es crucial que las empresas solo comprendan los efectos de cada ajuste por tipo de cambio, sino también implementen estrategias adecuadas para mitigar sus riesgos.
Parte del staff de profesionales de Consejeros ESAN. Director Financiero Corporativo | Consultor Estratégico. Con más de 30 años de experiencia en liderazgo financiero en logística y banca, especializado en fusiones y adquisiciones, reestructuración financiera y liderazgo de equipos multiculturales. Logros notables incluyen la integración exitosa de una fusión en tiempo récord, la obtención de una línea de crédito de seis cifras en dólares para un proyecto minero, y la dirección de expansiones regionales en Chile, Argentina y Colombia. Sus competencias clave incluyen liderazgo financiero, fusiones y adquisiciones, auditorías fiscales y cumplimiento, y planificación financiera estratégica.
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