El planeamiento empresarial puede contextualizarse a nivel estratégico, táctico u operativo, y desarrollarse mediante metodologías deductiva o inductivas. Se asume que debe existir un alineamiento estratégico, es decir, coordinado e integrado en todos sus niveles. En ese sentido, cuando se desea elaborar un documento entregable de planeación, se debe definir y proponer siete elementos como mínimo: la misión, la visión, los objetivos, la estrategia, las políticas, el cronograma y el presupuesto.
El nivel estratégico focaliza la formulación de la misión, la visión, los objetivos y las estrategias de la empresa como un todo. Las políticas se formulan en las diversas áreas y los cronogramas y presupuestos se proponen en el nivel operativo.
Para formular el planeamiento estratégico, se requiere conocer el escenario estratégico, en cuanto al macroambiente de un país:
Del mismo modo, es necesario analizar los diversos grupos de interés (stakeholders) en cuanto a su relación e influencia con el negocio empresa. Estos grupos pueden ser los accionistas interesados en obtener retorno a su inversión, los trabajadores que esperan tener remuneraciones monetarias y emocionales, y los proveedores interesados en tenerlos en su portafolio de clientes.
También se incluye a los clientes interesados en obtener un producto adecuado a sus necesidades y un servicio de primera calidad, los competidores interesados en poder compartir el mercado e, incluso, realizar alianzas, la comunidad interesada en el rol de responsabilidad social integrada de la empresa, los organismos estatales interesados en velar, normar, fiscalizar el adecuado comportamiento empresarial, y las asociaciones gremiales interesadas en fortalecer una postura empresarial y sectorial negociadora con el Gobierno.
Resulta necesario emplear herramientas analíticas que aporten al conocimiento sobre el comportamiento del mercado. Como referencia, podría emplearse las cinco fuerzas competitivas de Porter, que analizan las amenazas de los nuevos competidores y los productos sustitutos, el poder de negociación con los clientes, la rivalidad de los competidores y el poder de los proveedores.
Una vez analizada la información, se debe tomar decisiones sobre qué estrategias empresariales adoptar. Porter las cataloga en estrategias de liderazgo en costos, diferenciación y segmentación. David establece otra propuesta de clasificación y las denomina estrategias de integración, de diversificación, intensivas y defensivas.
La planeación es el primer elemento por definir en todo negocio, pues se convierte en la brújula que direcciona el camino a seguir, es decir, señala el norte adonde la empresa pretende llegar. ¿Qué políticas sigue tu organización en la etapa de planeación? Cuéntanos tu experiencia.
La planeación es el primer elemento por definir en todo negocio, pues se convierte en la brújula que direcciona el camino a seguir, es decir, señala el norte adonde la empresa pretende llegar.
Coordinador del PADE Internacional en Administración de Empresas. Doctor (Ph.D.) y Magíster (M.Sc.) en Administración. Es profesor principal de ESAN Graduate School of Business, en el que ha ocupado diversos cargos como la jefatura del Área Académica de Administración, Coordinador del PADE en Gestión del Potencial Humano y Director (e) de la Maestría en Organización y Dirección de Personas. Es consultor de empresas privadas e instituciones públicas en temas de diseño organizacional y de administración de personal. Ha publicado hasta el momento quince libros: tres por el sello ESAN ediciones del Perú, seis por la Editorial Cengage Learning de Argentina y México y seis por la editorial Pearson de México – Perú.
El contexto actual exige que los colaboradores potencien sus habilidades actuales (upskilling) y adquieran nuevas capacidades (reskilling). ¿Qué procesos deben seguir las organizaciones para desarrollar esta capacitación de forma correcta?
No todas las personas tienen claro el significado de la administración. Para definir un concepto adecuado, es importante tomar en cuenta tres elementos clave: los recursos empresariales, las áreas organizacionales y el proceso administrativo.
Los equipos ágiles facilitan que las empresas puedan responder a la incertidumbre del contexto actual. Para impulsar esta agilidad, es necesario conformar equipos de trabajo con características y habilidades muy concretas.