Los procesos de transformación digital en las organizaciones se han acelerado durante y después de la pandemia de la Covid-19. Hoy, interactuamos con soluciones digitales que se han convertido en el funcionamiento del negocio, su razón de ser y su elemento competitivo. Ejemplos de ello son sectores como la banca, los alimentos, el transporte, la salud, los trámites, los servicios en general, etc.

No obstante, detrás de toda solución tecnológica, existe una arquitectura y un diseño donde profesionales especializados, llamados arquitectos, no solo se enfocan en los conceptos funcionales, sino que ponen su atención en elementos no funcionales que pasan desapercibidos y que se vuelven esenciales para garantizar sostenibilidad de la solución, como la disponibilidad, la escalabilidad, el performance, la usabilidad, los costos y la seguridad.

El perfil ideal para la digitalización

El arquitecto de soluciones es responsable de integrar las necesidades y demandas del cliente interno o externo, considerando elementos funcionales y no funcionales. Debe incorporar múltiples elementos, como el presupuesto, el tiempo, la calidad, los requerimientos normativos y regulatorios, y las capacidades organizativas, para crear una solución tecnológica exitosa y sostenible.

Un arquitecto de solución también es capaz de crear prototipos, evaluar varias opciones y luego elegir la que mejor aplique para la implementación de la solución. A su vez, es agnóstico a marcas y preferencias, ya que está enfocado en la solución. Su labor involucra un trabajo colaborativo, multidisciplinario y holístico, acompañando la solución de inicio a fin, guiando el desarrollo de la solución y brindando orientación, incluso, posteriormente al lanzamiento en producción.

¿Cuándo reclutar a un arquitecto de soluciones?

En la actualidad, las organizaciones pasan por situaciones de mucha complejidad laboral, volatilidad de mercados, incertidumbre económica y ambigüedad del mercado. Esto demanda agilidad, tanto en diseño como en ejecución, por lo que, si se sigue abordando esta situación de forma tradicional (cascada), se perderá valioso tiempo.

Un arquitecto de soluciones es fundamental cuando se necesita:

1. Reconvertir, transformar y migrar sistemas e infraestructura legada (arquitectura monolítica). Ello suele requerir una actualización de hardware, una encapsulación o volver a fabricar la solución. Se requiere crear productos nuevos basados en tecnología nueva o preexistente.

2. Reducir costos mediante la consolidación de sistemas, la eliminación de redundancias y la implementación de soluciones más eficientes.

3. Identificar y mitigar riesgos relacionados con la seguridad, la privacidad y el cumplimiento normativo.

Las capacidades y habilidades de un buen arquitecto de soluciones pasan por muchos conocimientos y especialidades: uso de la nube, infraestructura de redes, medidas de seguridad, etc. También implica la formación y manejo de equipos de trabajo, el conocimiento de metodologías de gestión de proyectos. Pero debe ser valorado, de manera prioritaria, por su experiencia en la formulación y/o ejecución de diversos proyectos con tecnologías de información.

Desde mi experiencia, el resultado del trabajo de un arquitecto de soluciones involucra muchos entregables, documentación, cuadros, gráficas, flujos, líneas de tiempo, organización del equipo y metodologías. Sin embargo, quizás el componente más valorado sea el documento de término de referencia, pues permite validar, con el concurso de terceros, que la solución tecnológica puede ser abastecida en términos de tiempos, calidad y costos.

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