Cada día, la competencia hace que los emprendedores piensen en ideas innovadoras y atractivas para atraer a un público cautivo que está sediento de nuevas propuestas. En el campo del fashion retail, estas son las últimas tendencias.
En artículos anteriores hemos hablado del uso del Internet y del comercio electrónico para comercializar productos y servicios. Cada vez más emprendedores se animan por abrir sus páginas web y vender sus productos virtualmente, utilizando también las redes sociales, tales como Instagram, Facebook, entre otras. A continuación, se explicarán algunas tendencias que, actualmente, los retailers están utilizando frente al comercio electrónico.
En primer lugar, contamos con la alternativa más tradicional: arrendar espacios, módulos o locales a un largo plazo. En el Perú se pueden celebrar contratos de arrendamiento como máximo por un tiempo de 10 años a cambio del pago de una contraprestación. Esta puede ser una renta mínima (que se cancela a principios de cada mes) o renta variable en función a un porcentaje aplicado a las ventas realizadas en el local dentro de dicho mes.
Asimismo, por el solo hecho de ingresar al centro comercial, se debe de pagar un pie de ingreso o derecho de llave -que funciona como una matrícula de colegio o derecho de admisión a un club-. Además, también deben cancelarse los montos correspondientes a los gastos de mantenimiento de las áreas comunes y del fondo de promoción. Este último corresponde a una cantidad fija o por metro cuadrado que se aporta en beneficio de la realización de campañas publicitarias, tales como el Día de la Madre, Fiestas Patrias o Navidad. Ello con la finalidad de atraer más público y aumentar las posibilidades de venta y, como consecuencia, proporcionar un mayor pago de renta variable para el centro comercial.
De un tiempo a la fecha, los formatos tradicionales se han visto desplazados poco a poco. Muchas empresas han notado que arrendar un espacio en un centro comercial no solo puede servir para vender sino para promocionar e introducir una marca en el mercado. Es así que nacieron las famosas tiendas conocidas como pop up stores. Estos establecimientos son espacios que se arriendan en un lugar estratégico por unos meses, o incluso semanas, para tener presencia de marca con la finalidad de promocionar u ofertar un producto diferente y creativo al público.
Muchas empresas han notado que arrendar un espacio en un centro comercial no solo puede servir para vender sino para promocionar e introducir una marca en el mercado.
Las pop up stores suelen ser aprovechadas también por aquellas compañías virtuales que, si bien ofrecen sus productos por Internet, necesitan de un punto de venta para entregarlos a los clientes. Su principal ventaja es que, en la mayoría de casos, las tiendas llaman mucho la atención, dado que son novedosas y se encuentran en lugares estratégicos o poco usuales y suelen ser también itinerantes; es decir, no siempre se encuentran en el mismo lugar.
Por otro lado, ha surgido un nuevo concepto para la moda retail como alternativa a la venta en un centro comercial, dado que para algunos emprendedores los montos de arrendamiento pueden ser elevados. Este consiste en la venta en espacios públicos mediante la promoción de los productos en buses o camionetas. Es decir, se traslada el concepto de foodtruck al de las fashion y beauty trucks, que no es otra cosa que vender al público ropa, zapatos y cosméticos en espacios abiertos a través de camionetas.
Se trata de una especie de bus que va recorriendo la ciudad y que tiene determinadas rutas establecidas para que los clientes se prueben y compren los productos. Esta alternativa ofrece la posibilidad de ir a lugares abiertos y públicos para encontrar consumidores. En Estados Unidos, por ejemplo, la American Mobile Retail Association (AMRA) calculó en el 2014 unos 500 fashion trucks o boutiques nómades recorriendo el país del norte, y de ahí se han trasladado a otros países. Sin ir muy lejos, L'Oréal, en Argentina, lanzó Kerástase Hair Lab en un camión que visitó aeropuertos y eventos deportivos.
En nuestro país, la marca Roomate ya recorre diversos distritos de Lima visitando universidades y empresas. Para ello, cuenta con un counter con POS Visa y Mastercard, probador, app de geolocalización, racks modulares, además de una vitrina y maniquí para exhibir sus productos.
Muchas empresas han notado que arrendar un espacio en un centro comercial no solo puede servir para vender sino para promocionar e introducir una marca en el mercado.
Abogada por la Universidad de Lima con Magnum Cum Laude. Magíster en Finanzas y Derecho Corporativo por la Universidad de ESAN. Cuenta con una especialización en Derecho de la Moda por el Fashion Law Institute at Fordham Law University, New York. Graduada del Programa de Gestión de Lujo Sostenible emitido por el Centro de Gestión de Lujo Sostenible de Argentina juntamente con el Pacto de las Naciones Unidas de Colombia y Argentina; y del Diplomado en Luxury Management por el Instituto Europeo del Lujo y la Universidad Anáhuac del Norte de México. Ha realizado un curso de especialización en Blockchain, Smart Contracts, Tokenización y Criptoactivos por el Instituto de Blockchain Intelligence de España y el Consejo General de la Abogacía Española.
En la actualidad es Socia Senior del área corporativa & digital investments y jefe del área de derecho de la moda, luxury y retail de Muñiz, Olaya, Meléndez, Castro, Ono & Herrera Abogados. Además es profesora de los cursos de Derecho de la Moda y Retail en ESAN Graduate School of Business y otras universidades.
A la fecha, es Presidenta de la comisión de derecho de la moda y retail del Colegio de Abogados de Lima, miembro del comité de Fashion Law de ASIPI, de la Asociación de Expertos de Derecho de la Moda de España, de la Asociación de Fashion Law Latam de Perú y del Comité Fashion Law de Sao Paulo de Brasil. También es directora representando al Perú de la Asociación Internacional Global Alliance of Impact Lawyers (GAIL América Latina).
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