La labor de un formador de formadores se hace más sencilla con una adecuada comunicación, lo que implica comprender que esta consta de dos partes: saber escuchar y saber expresarse. Dicho oficio consiste básicamente en transmitirles conocimientos, valores y competencias a otros formadores, lo que se consigue con mayor eficacia con lo anteriormente mencionado.
Así como un formador de formadores debe saber en qué momento callar y escuchar atentamente a sus receptores, también es importante que sepa identificar cuándo es ideal intervenir y cómo hacerlo. Llegado el instante, este profesional debe ser capaz de comunicar sus ideas y conceptos de forma precisa y clara. De tal manera, sus mensajes, en primer lugar, serán entendidos y, por consiguiente, tendrán un impacto positivo en los participantes.
La comunicación se hace presente en una de las competencias indispensables de un formador de formadores: el trabajo en equipo. Esta capacidad consiste en la destreza para llevar a cabo una tarea junto a otro grupo de personas. Ello se puede desarrollar desde el punto de vista divulgativo -el formador debe ser capaz de transferir sus conocimientos a sus receptores- como organizativo -debe colaborar con otros profesionales de distintos ámbitos-.
Por otro lado, un formador de formadores debe ser una persona con carisma, empática y capaz de propiciar un clima que favorezca la comunicación. Para alcanzar cada uno de estos objetivos, su trabajo deberá girar alrededor de una serie de técnicas, metodologías, sistemas de trabajo y evaluación.
A través de su poder de comunicación, el formador de formadores debe generar confianza y poner a disposición un espacio en donde el diálogo sea posible y los participantes puedan dar sus ideas sin temor a críticas. Asimismo, el formador debe ser necesariamente un motivador y una persona con un gran poder de convicción, para lo cual es indispensable que sus habilidades comunicativas estén desarrolladas.
Tanto en la sociedad como en el ámbito empresarial, el formador de formadores tiene una función clave. Es el encargado de capacitar a otros formadores, que a su vez prepararán a otras personas con los conocimientos que han obtenido. Su buen desempeño dependerá, en gran medida, de su comunicación y su estilo de enseñanza.
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Fuentes:
Escuela Europea de Management. "7 competencias de un formador de formadores".
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