¿Cuáles son los principales actores involucrados en el desperdicio alimentario?

¿Cuáles son los principales actores involucrados en el desperdicio alimentario?

Los consumidores son responsables, en parte, de la pérdida y el desperdicio de alimentos, debido a ciertos hábitos de consumo que es necesario corregir. La otra parte de esa responsabilidad recae en los diversos actores de la cadena productiva.

Por: Giuliano Valdivia Pinto el 19 Mayo 2025

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La pérdida y el desperdicio de alimentos son problemas con implicaciones significativas para la seguridad alimentaria mundial. La pérdida es la disminución en el peso o la calidad de los alimentos que originalmente se produjeron para el consumo humano, mientras que el desperdicio se refiere a aquellos alimentos que son aptos para el consumo humano, pero que se descartan.

Los alimentos que hoy se pierden o desperdician podrían alimentar a millones de personas en condiciones vulnerables. Desde una perspectiva económica, la reducción del desperdicio puede generar ahorros sustanciales para las empresas y los hogares. Asimismo, el impacto ambiental de reducir el desperdicio es crucial para mitigar el cambio climático y promover la sostenibilidad de nuestros sistemas alimentarios.

En el artículo anterior, analizamos los factores principales que ocasionaban la pérdida y el desperdicio de alimentos. En esta ocasión, identificaremos a los actores clave de este problema y plantearemos algunas acciones urgentes para solucionar el problema. 

Desperdicio a nivel del consumidor 

Comportamiento, hábitos, planificación y gestión de sobras

En los países desarrollados, una proporción considerable del desperdicio de alimentos, estimada en un 40 %, ocurre en la etapa de consumo, influenciada sobre todo por el comportamiento, los valores y las actitudes de los consumidores. Una parte importante de este desperdicio se genera después de la preparación, la cocción o al servir los alimentos, así como al no consumirlos antes de su fecha de caducidad debido a una compra excesiva que suele estar relacionada con una planificación deficiente y la adquisición de grandes cantidades. 

La mala gestión de los alimentos en los hogares, que puede incluir prácticas de almacenamiento inadecuadas y la falta de aprovechamiento de las sobras, también contribuye al problema del desperdicio. 

Malinterpretación de las etiquetas de fecha de caducidad 

Los consumidores suelen interpretar de forma errónea las etiquetas de fecha como "vender antes de…" o "consumir preferentemente antes de…", al creer que indican una fecha límite de seguridad, en vez de una recomendación de calidad del fabricante. Esta confusión lleva a que una gran proporción de personas desechen alimentos que aún son seguros y comestibles. 

Uno de los casos más conocidos es Estados Unidos, donde más del 80 % de los consumidores descartan alimentos en buen estado por su propia incomprensión. La falta de claridad y la variedad de etiquetas existentes contribuyen a esta problemática.

Factores socioeconómicos y culturales 

Diversos factores socioeconómicos y culturales pueden influir en la cantidad de alimentos que se desperdician en los hogares. Los estudios han demostrado que variables como la edad de las personas, el tamaño del hogar, la presencia de niños y el nivel de ingresos pueden afectar los patrones de desperdicio. 

En algunas culturas, existe también una fuerte presión social contra el agotamiento de las provisiones de alimentos, lo que conduce a la compra excesiva y, por ende, a un mayor desperdicio. También se observó que los adultos jóvenes, en particular aquellos entre 18 y 24 años, son más propensos a desperdiciar alimentos debido a una menor conciencia sobre el problema y una menor experiencia en la planificación de comidas y la compra de alimentos. 

Otros actores involucrados 

  • Productores y agricultores. Se encuentran en la primera etapa de la cadena de suministro de alimentos y enfrentan una serie de desafíos que pueden resultar en pérdidas significativas. Estos incluyen la volatilidad de los precios del mercado, los altos costos de cosecha, los estrictos estándares estéticos impuestos por los compradores, la escasez de mano de obra, las condiciones climáticas adversas, las plagas y las enfermedades que afectan los cultivos. Además, son responsables de las pérdidas iniciales que ocurren tras la cosecha por prácticas inadecuadas de almacenamiento y manipulación de los productos. Por estos factores, los productores son actores clave en la generación de pérdidas de alimentos, a menudo debido a circunstancias que escapan a su control directo.
  • Industria de procesamiento de alimentos. Esta industria genera desperdicios, sobre todo, en forma de subproductos que no se utilizan en el producto principal y como residuos que se producen durante las líneas de producción. Las ineficiencias en los procesos industriales y los problemas relacionados con equipos obsoletos, el mal funcionamiento de la maquinaria y el embalaje inadecuado también contribuyen a las pérdidas en esta etapa. Sin embargo, esta industria también tiene un potencial significativo para reducir el desperdicio mediante la optimización de sus procesos y la valorización de los subproductos, al transformarlos en nuevos productos o ingredientes.
  • Distribuidores y mayoristas. Desempeñan un papel crucial en la conexión entre los productores y los minoristas, al ser responsables del transporte y el almacenamiento de los alimentos a lo largo de la cadena de suministro. En esta etapa, enfrentan el riesgo de deterioro de los alimentos debido a una cadena de frío inadecuada, retrasos en el transporte y prácticas de manipulación incorrectas. Su eficiencia en la gestión de la logística y el mantenimiento de las condiciones adecuadas de almacenamiento y transporte tiene un impacto directo en la prevención del desperdicio. La implementación de tecnologías para la gestión del inventario y la optimización de las rutas de transporte contribuyen de manera significativa a reducir las pérdidas en esta fase.
  • Minoristas (supermercados y tiendas). Contribuyen al desperdicio de alimentos a través de prácticas como el sobre-stock de productos, el descarte de artículos que se acercan a su fecha de caducidad y la aplicación de estrictos estándares estéticos a los productos frescos. Además, su poder de compra y los requisitos de calidad que imponen a los proveedores tienen una influencia considerable en las prácticas de producción. Sin embargo, los minoristas también pueden implementar estrategias para reducir el desperdicio, como la adopción de precios dinámicos para productos próximos a caducar, la mejora de la gestión del inventario para evitar el sobre-stock y el establecimiento de asociaciones con organizaciones benéficas para la donación de alimentos.
  • Servicios de alimentación (restaurantes y catering). Este sector genera una cantidad significativa de desperdicio de alimentos a través de la sobreproducción en las cocinas, el servicio de porciones grandes que a menudo no se consumen, los procesos de preparación ineficientes y las sobras de los clientes. Este sector enfrenta desafíos específicos relacionados con la gestión de los cambios de menú, el deterioro de los alimentos y los patrones de consumo de los clientes. No obstante, también existen oportunidades para reducir el desperdicio mediante una mejor planificación de las compras y los menús, el control de las porciones servidas, la capacitación del personal en prácticas eficientes y la donación de alimentos no utilizados.
  • Consumidores y hogares. Los consumidores y los hogares representan una parte sustancial del desperdicio mundial de alimentos, sobre todo en los países desarrollados. Esto se debe a los hábitos de compra impulsivos, la falta de planificación de las comidas, la mala interpretación de las etiquetas de fecha en los productos y las prácticas de almacenamiento inadecuadas, entre otros factores. La falta de conciencia sobre la magnitud y el impacto del desperdicio de alimentos también es un factor importante que contribuye a este problema.
  • Organismos gubernamentales y reguladores. Desempeñan un papel fundamental en la lucha contra el desperdicio de alimentos mediante la implementación de políticas y regulaciones que aborden cuestiones como la reducción del desperdicio en todas las etapas de la cadena de suministro, la estandarización del etiquetado de fechas en los alimentos y la promoción de la donación de alimentos seguros. Además, pueden invertir en infraestructura e investigación relacionada con la reducción del desperdicio y apoyar campañas de educación y concienciación dirigidas a los consumidores.
  • Organizaciones internacionales. Juegan un papel crucial en la investigación, la recopilación de datos y la sensibilización sobre la pérdida y el desperdicio de alimentos a nivel mundial. También desarrollan metodologías para medir el desperdicio de alimentos y monitorean el progreso hacia los objetivos de reducción establecidos, además de facilitar la colaboración internacional y el intercambio de conocimientos sobre las mejores prácticas en la materia.
  • Organizaciones no gubernamentales y bancos de alimentos. Son actores clave en la recuperación y redistribución de alimentos excedentes para alimentar a personas necesitadas y desviar alimentos que, de otro modo, se desperdiciarían. También desempeñan un papel importante en la concienciación y la educación de las comunidades sobre técnicas para reducir el desperdicio de alimentos y en la promoción de cambios en las políticas a nivel local y nacional.
  • Empresas de gestión de residuos. Son responsables de la recolección, el tratamiento y la eliminación del desperdicio de alimentos que no se ha podido prevenir o recuperar. Estas empresas están cada vez más involucradas en la desviación del desperdicio de alimentos de los vertederos mediante métodos más sostenibles como el compostaje y la digestión anaeróbica, que permiten transformar los residuos orgánicos en recursos valiosos. También pueden colaborar con empresas de otros sectores para implementar estrategias integrales de reducción y gestión del desperdicio de alimentos.

Conclusiones e implicaciones 

El análisis presentado en este informe revela que el desperdicio de alimentos es un problema global complejo y multifacético, con causas que se extienden a lo largo de toda la cadena de suministro, desde la producción agrícola hasta el consumo final. La sobreproducción, impulsada por la demanda y los estándares de calidad, las prácticas inadecuadas de cosecha y manejo poscosecha, las limitaciones infraestructurales y tecnológicas en los países en desarrollo, y los estrictos criterios estéticos del mercado, entre otros factores socioeconómicos y culturales, contribuyen de forma significativa al problema.

La interconexión de los actores involucrados también es evidente. Los productores responden a las demandas del mercado establecidas por los minoristas y los consumidores. La industria de procesamiento transforma los productos agrícolas, pero también genera subproductos. Los distribuidores y mayoristas son esenciales para el flujo de alimentos, pero enfrentan desafíos logísticos. Los minoristas interactúan de manera directa con los consumidores e influyen en sus decisiones de compra. 

A su vez, los consumidores, con sus hábitos y expectativas, impactan en todas las etapas anteriores de la cadena. Los organismos gubernamentales y las organizaciones internacionales establecen el marco regulatorio y promueven la acción coordinada, mientras que las ONG y los bancos de alimentos trabajan en la recuperación y redistribución de alimentos. Finalmente, las empresas de gestión de residuos se encargan de tratar los alimentos que no se pueden salvar.

La complejidad del desperdicio alimentario exige la adopción de enfoques integrales y la colaboración de todos los actores. No es un problema que pueda resolverse con la acción de un solo sector. Se requiere un esfuerzo coordinado que involucre a productores, procesadores, distribuidores, minoristas, consumidores, Gobiernos, organizaciones internacionales y la sociedad civil en general. ¿Qué acciones conjuntas consideras necesarias? Déjanos tu opinión.

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Referencias

La complejidad del desperdicio de alimentos exige la adopción de enfoques integrales y la colaboración de todos los involucrados, desde los consumidores hasta los actores que participan en la cadena productiva.

Giuliano Valdivia Pinto

Ingeniero de Industrias Alimentarias por la Universidad Católica de Santa María de Arequipa. Magister Scientiae en Agronegocios por la Universidad Nacional Agraria La Molina. Magister en Administración Estratégica de Empresas por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Amplia experiencia en el sector agroindustrial, alimentos y bebidas, ocupando posiciones gerenciales en distintas empresas con énfasis en I+D, comercio exterior, operaciones y retail. Realiza actividades de consultoría en proyectos de inversión, desarrollos comerciales, planeamiento estratégico, competitividad y gobierno de personas con énfasis en empresas familiares. En los últimos años se ha especializado en agricultura orgánica, manejo de invernaderos, waste management y biotecnología aplicada al agro.

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