Los protocolos están generando ineficiencias operativas en nuestros procesos. Por ello, estamos aquí para compartir siete recomendaciones básicas. El objetivo es que, al reactivar la empresa, no afectes tu propuesta de valor, no actives los disparadores del gasto, cuides la salud de todos y te adaptes al nuevo normal.
Cada shock histórico, derivado de una guerra o una pandemia, provoca un colapso económico de alcance diferente. Para salir del shock, las empresas pasamos de una fase de contención a una fase de reactivación en el "nuevo normal" y, meses más adelante, a una fase de consolidación.
Desde el distanciamiento social, las nuevas formas de consumir productos y servicios, el cuidado de las personas vulnerables hasta la adopción de protocolos sanitarios. El "nuevo normal" implica nuevas reglas de juego que se forjan a fuego lento desde las fases de reactivación. Según el tipo de proceso (del core del negocio, de apoyo o estratégico) y del modelo de negocio, estas pueden ser fuente de ventajas o de desventajas para las empresas y las organizaciones.
Existe un factor adicional con un peso significativo que afecta a los ingresos de la empresa: el tiempo que nos tome adoptar los protocolos, adaptar los procesos, probar y mejorar. Se exige juicio crítico y velocidad de acción.
Primero, porque vemos que algunas empresas, con sus modelos de negocio en fase de reactivación, incumplen su propuesta de valor (tiempos de entrega, niveles de servicio, etc.) y no respetan los protocolos sanitarios porque estos disparan el gasto y/o porque se les hace difícil cambiar un viejo proceso. En segundo lugar, porque tardaremos tres años en regresar a los niveles de productividad prepandemia (algunos ejemplos del pasado se abren camino en la conciencia crítica para tratar de explicar el presente continuo).
Cuando te enfrentas a cambios como los originados por la crisis sanitaria creada por la COVID-19, te enfrentas al rediseño de cadenas de suministro, al rediseño de los servicios, así como a la incorporación de tecnología (porque es nuestra gran aliada); por lo tanto, te enfrentas a la necesidad de rediseñar procesos (una habilidad tremendamente poderosa en estos momentos).
Solo necesitas una visión por procesos (ser capaz de ver el proceso trabajando eficientemente en tu mente) y una metodología ágil que fomente la creatividad para buscar soluciones. Mientras interiorizamos la importancia de añadir la competencia de rediseño de procesos a nuestra caja de herramientas personal, comparto siete recomendaciones básicas para adaptarnos a los protocolos:
Sin una metodología y herramientas, el nuevo proceso no será perfecto, pero sí efectivo. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que rediseñaste un proceso? Déjanos tu experiencia.
Actualmente es gerente de proyectos de la consultora STIGOU enfocada en proyectos de revisión de la estrategia empresarial, diseño y mejora de procesos. Consultor en procesos y estrategia. Trabaja con directivos para revisar modelos de negocios, elaborar planes estratégicos, mapas estratégicos y tableros de control; así como, para optimizar, redefinir y rediseñar procesos. Tiene más de trece años de experiencia como docente e instructor de equipos de alto rendimiento. Ha desarrollado más de treinta y cinco proyectos relacionados a la especialidad en Perú, Colombia y Portugal. Centra su investigación en la innovación de procesos y la revisión de la estrategia empresarial para conseguir eficiencias operativas de manera ágil y eficiente. MBA por UPC. Ingeniero Industrial y de Sistemas por la Universidad de Piura. Posgrados en Gerencia de Sistemas y TI.
La transformación digital, basada en una apropiada planificación, permite a las empresas adaptarse con éxito a los cambios cada vez más frecuentes en el mercado. El caso de éxito de The New York Times nos deja muchas lecciones al respecto que podemos aplicar.
El data storytelling es importante para darle a tus presentaciones en la empresa un hilo conductor que resulte atractivo a la audiencia, además de establecer conexiones emocionales con todos.
La transformación ágil permite que la organización responda con éxito a los cambios. Para llevar adelante este proceso, se necesita una comunidad cuyo propósito específico es apoyar a la organización en el proceso de cambio.