Enrique Louffat, profesor de los Programas en Administración de ESAN, explicó en su más reciente artículo en Gestión sobre cómo las universidades corporativas se han convertido en una herramienta estratégica esencial para alinear el desarrollo del talento con los objetivos empresariales. Destacó que, mediante una cultura de aprendizaje continuo, estas instituciones fortalecen competencias clave, impulsan la innovación y contribuyen a la sostenibilidad organizacional.
Si bien el origen de las Universidades Corporativas no es reciente, en la última década han experimentado un crecimiento exponencial. Cada vez más, las grandes empresas las promueven como un pilar fundamental para su sostenibilidad, fomentando el desarrollo tanto corporativo como de sus colaboradores. A través de una sólida cultura de aprendizaje, estas instituciones permiten afrontar con agilidad los constantes cambios y desafíos del entorno empresarial. Además, desempeñan un rol clave en la alineación de estrategias, estructuras, procesos, talento y tecnología de la información.
Los inicios de las universidades corporativas se remontan a 1950, cuando General Motors creó el primer proyecto de Escuela Corporativa para capacitar a su personal. Sin embargo, no fue hasta 1961 que la compañía de comida rápida McDonald’s inauguró la “Hamburger University”, marcando un hito en este modelo de formación. A partir de las décadas de 1980 y 1990, estas universidades comenzaron a expandirse y desarrollarse significativamente.
Entre las universidades corporativas más destacadas se encuentran Apple University (EE.UU., 2008), Disney University (EE.UU., 1962), BBVA Corporate University (España, 2010) y Microsoft Learn (Global, 2018).
En el ámbito nacional, una de las referencias más destacadas es la Universidad Corporativa del Grupo Intercorp (UCIC). Gracias a sus altos estándares de calidad alineados con referentes internacionales, en 2023 se convirtió en la primera universidad de aprendizaje corporativo en las Américas acreditada con CLIP, tras haber superado exitosamente el riguroso Proceso de Mejora de Aprendizaje Corporativo (CLIP) de EFMD. Otras universidades corporativas en el país incluyen la del Banco de la Nación (2010), Petroperú (2021), Unicom (2017) y Caja Huancayo (2024).
Las universidades corporativas pueden definirse de diversas maneras. Dos de las definiciones más citadas son las de Allen (2002) y Renaud-Colon (2008). Según Allen, una universidad corporativa es:
“Una entidad educativa que se usa como una herramienta estratégica diseñada para ayudar a la organización matriz en el logro de su misión, mediante actividades que fomentan el aprendizaje individual y organizacional, el conocimiento y la sabiduría.”
Por su parte, Renaud-Colon (2008) la define como:
“Un nombre genérico que se da a las estructuras educativas basadas en organizaciones privadas y públicas, comerciales y no comerciales, destinadas a implementar, a través de la educación, las estrategias de la organización en términos humanos, económicos, financieros, tecnológicos, sociales y ambientales.”
En esencia algunos elementos centrales que caracterizan a las universidades corporativas son:
Para operar y ejecutar sus programas académicos y objetivos de aprendizaje, las universidades corporativas pueden adoptar dos enfoques:
a) Gestión independiente: La empresa desarrolla y administra su propia universidad corporativa, contando con la infraestructura necesaria, como sedes físicas, materiales, laboratorios y docentes especializados.
b) Colaboración externa: La empresa se asocia con universidades o consultoras especializadas para tercerizar la gestión y ejecución de los programas de formación, aprovechando su experiencia y recursos.
Entre los principales beneficios de la adopción de universidades corporativas se encuentran:
Finalmente, para evitar confusiones en su análisis, es importante diferenciar las universidades corporativas (UC) de las universidades académicas tradicionales (UT). A continuación, se presentan sus principales diferencias:
En las UT, los títulos y grados académicos cuentan con validez oficial y están regulados por instituciones de educación superior, como la SUNEDU en el caso del Perú. Esto permite ejercer la profesión dentro del país o acceder a estudios de posgrado en el extranjero.
En las UC, los reconocimientos tienen un valor simbólico dentro de la empresa o el sector, pero no poseen acreditación oficial.
Las UT están abiertas al público en general; cualquier persona interesada puede elegir una profesión e institución según sus posibilidades económicas o vocacionales.
Las UC están dirigidas exclusivamente a los trabajadores de la empresa o grupo corporativo, enfocándose en sus necesidades estratégicas.
Las UT buscan una formación integral, tanto en el ámbito humano como profesional, con un enfoque general y amplio.
Las UC se orientan al desarrollo de competencias laborales específicas para mejorar el desempeño en funciones y roles dentro de la empresa.
En las UT, los planes de estudio son diseñados por la propia institución y deben ser aprobados por la SUNEDU.
En las UC, los programas se diseñan a la medida de la empresa y del sector económico o industrial en el que opera.
Las UT contribuyen al avance académico y científico, con respaldo en investigaciones y sustentación de tesis ante un jurado.
Las UC se centran en la aplicación práctica de metodologías y herramientas para mejorar la competitividad de la empresa.
En las UT, la programación es menos flexible y los ciclos académicos son de mayor duración.
En las UC, los programas suelen ser más cortos y flexibles, adaptándose a la disponibilidad de los trabajadores.
En las UT, el estudiante asume los costos de matrícula, materiales y mantenimiento.
En las UC, la empresa subvenciona total o parcialmente la capacitación de sus trabajadores.
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