Si hay un grupo demográfico que tiene a la tecnología como parte de su vida desde siempre, es el de los millennials. No solo eso, su relación con la tecnología es tan marcada que también suelen estar muy interesados en trabajar en dicho sector. Según un estudio de PageGroup, el 59 % de encuestados muestra mayor interés en ese rubro.
¿Pero qué es lo que más valoran en su relación con gadgets y sistemas tecnológicos y cómo ven influida su rutina laboral? La conexión omnipresente, para empezar, es una de sus grandes prioridades.
Como bien señala Emilia Gutiérrez Dumitrache, marketing manager de HP para Perú, Ecuador y Bolivia, el concepto de oficina únicamente física o espacio de trabajo fijo migró hacia lo que hasta hace unos años llamábamos "oficina del futuro". "La productividad laboral en la mayoría de las empresas ya se mide por objetivos. Por este motivo, la tecnología hoy es una herramienta que nos facilita la vida. Ganamos tiempo y podemos responder desde cualquier lugar, lo que nos permite avanzar siempre. Somos mucho más productivos. Ya no hay límites".
Los millennials son personas que nacieron con el inicio de la masificación de la tecnología e internet. Quizá por ello valoran mucho más las experiencias que se generan a través de la tecnología, tanto en cuanto a entretenimiento como en sus relaciones con otras personas.
Para Sergio Cuervo, profesor del PADE Internacional en Dirección de Marketing Digital y Comercio Electrónico de ESAN, en especial en el trabajo los millennials tienen una relación estrecha con la tecnología, y esperan que una empresa cuente con las condiciones mínimas: equipos modernos, buena conectividad y también una cultura en tecnología.
"Los gadgets preferidos por los millennials para el trabajo son el smart watch, auriculares inalámbricos y asistentes virtuales. Los millennials privilegian mucho el diseño de los productos y su funcionalidad. Por ejemplo, un asistente virtual permite que un profesional solo tenga que activar el dispositivo con su voz y señalar qué es lo que requieres, sin necesidad de escribirlo, y así gana tiempo", señala el académico.
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Fuente: Revista G de Gestión