¿Qué lecciones aprendidas deja la crisis financiera que empezó en el 2008?
Nuestro sistema financiero no ha tenido el problema que tuvieron los países desarrollados porque desafortunadamente es muy conservador, no se dedicaron a la tarea de hacer inversiones financieras muy complicadas, que es lo que ha arruinado a estos bancos a nivel internacional. Pero los desafíos de nuestro sistema financiero son de otra naturaleza y mucho más grandes.
Son muy pequeños, poco profundos; la relación entre el crédito y el tamaño de la economía es sumamente reducida, lo cual quiere decir que muy poca gente tiene acceso al crédito o suficiente cantidad de crédito para financiar sus actividades, estamos hablando de créditos del orden de 30% respecto al PBI, mientras que en países desarrollados supera el 100%. Ahí hay un problema de escasez financiera.
Otro problema es que el crédito es muy caro, elevando los costos financieros de las empresas y eso les reduce competitividad. Por su lado, las empresas más grandes que tienen acceso a los mercados internacionales de crédito traen una enorme cantidad de dólares, lo que hace revaluar el tipo de cambio. Aquel que no tiene acceso a ese sistema se ve en el peor de los mundos, con una tasa de cambio revaluada y una tasa de interés muy alta.
¿El hecho de que la crisis externa no haya afectado a la banca local no tiene que ver con su fortaleza, entonces?
Para nada. Yo diría que no existe esa fortaleza. Los sistemas financieros de la región -y particularmente el peruano- son sumamente débiles, pequeños, poco profundos y caros, lo que se traduce en un tipo de ineficiencia, no porque use máquinas antiguas, sino por una ineficiencia macro que hace que cobre muy caro con relación a sus niveles de referencia internacional, aprovechando que no existe una competencia plena.
¿Los bancos tendrían mayores ganancias expandiendo el crédito y bajando las tasas?
Eso es lo que hacen los bancos grandes en el mundo. Pero aquí se tiene una situación de no competencia plena, existe algún tipo de oligopolio. Lo que pasa es que hay una generación de rentas de no competencia que favorece a los proveedores de crédito en contra de los tomadores.
¿Cree que el Estado debería regular para eliminar estas distorsiones?
Lo que tendría que hacer es eliminar los oligopolios para crear más competencia en los mercados. Para eso la regulación debe ser adecuada; es un problema de política económica en el fondo.
¿Cómo hacer para que la banca atienda a sectores no atendidos sin que tenga que sacrificar sus ganancias?
Es un problema muy complicado. El nivel de ingreso de la población es muy reducido, entonces es imposible pedirles que con esos niveles tengan acceso al sistema financiero, porque no tienen cómo pagar un crédito. Además las tasas son muy altas bajo el pretexto de decir que son riesgosos.
Usualmente lo que tiene este segmento de la población es una actividad económica monofactorial; es decir, que trabajan con sus manos y tienen niveles de stock de capital reducidos; eso se traduce en productividad y rentabilidad muy bajas. Entonces si tienes costos financieros de 50% y la operación les da 15%, ¿cómo pagan el crédito? Acaban descapitalizándose para cumplir con el banco.
Hay un problema serio que tiene que ver con el total de la economía y la eficiencia del mercado. Yo empezaría con dar más competencia para que bajen las tasas y la gente de menos ingresos tenga más acceso. Es un proceso de mejora de regulación que se está haciendo muy lentamente.
A nuestros lectores, ¿qué otras medidas propondría para generar más competencia en el sistema financiero local?
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