La inteligencia artificial (IA) ha avanzado con rapidez hasta la actualidad, a la par que transforma diversas industrias y desafía el proceso de aprendizaje de las personas. En un mundo donde se automatizan las tareas y los procesos que redefinen a un mercado laboral cada vez más competitivo, ¿podría la IA superar la capacidad humana del aprendizaje continuo?
Según estudios recientes de McKinsey & Company, alrededor de 800 millones de trabajos en el mundo podrían automatizarse para el 2030. Esta proyección evidencia cuán importante es comprender la nueva dinámica.
La ventaja de la IA radica en su capacidad de procesar volúmenes masivos de datos a una velocidad superior a la del ser humano. Los algoritmos de aprendizaje están en constante perfeccionamiento mediante su ajuste con base en nueva información, para mejorar sus respuestas. Esta capacidad de adaptación lo establece como uno de los pilares más sólidos de la IA, que ofrece soluciones más eficientes a problemas de diversos campos.
El aprendizaje automático permite a las máquinas extraer conocimiento y aprender de los datos disponibles sin ningún tipo de programación explícita. Este proceso se inspira en las conexiones del cerebro humano, mediante la simulación de las redes neuronales y el uso de algoritmos de aprendizaje profundo para reconocer imágenes y lenguaje natural. A su vez, ello permite que las máquinas realicen tareas complejas con una precisión exacta. Como resultado, mejora la eficiencia y la automatización en diversas industrias.
No obstante, el proceso de aprendizaje de los humanos va más allá de recopilar y procesar información según la necesidad y el contexto, pues también aplica en sus tareas una dosis de creatividad e intuición que influye en diversos contextos. Además, las personas aprenden de forma constante a través de sus experiencias, que incluyen el error y la interacción social. Hasta la fecha, la IA todavía busca replicar esta dinámica.
La IA y la inteligencia humana deben percibirse como aliados en el proceso de agilizar las actividades diarias y el procesamiento de información, de manera que se aproveche al máximo el potencial de ambas.
La IA puede centrarse en este tipo de tareas:
Por su parte, los humanos podrán enfocarse en estas actividades:
Es importante señalar que debe identificarse un equilibrio en el uso de la IA en relación con nuestras actividades. Esta tecnología nos ayuda a mejorar nuestras capacidades como humanos para superar el límite de productividad y seguir impulsando la creatividad. Además, la colaboración entre humanos y máquinas con IA se tornará cada vez más estrecha, lo que facilitará la automatización en diversas industrias y áreas. No obstante, es esencial tener un control responsable de este tipo de tecnología.
El futuro del aprendizaje continuo se basa en la colaboración entre los humanos, con el apoyo de la IA. Para ello, es importante impulsar el desarrollo de un sistema que aproveche la IA para facilitar el aprendizaje humano. Ello implica crear interfaces intuitivas y adaptables a varios tipos de problemas y desarrollar herramientas concretas para emular una interacción natural entre personas y la IA para asegurar un aprendizaje más significativo y continuo para los humanos.
Es necesario fomentar en la humanidad una cultura que le permita adaptarse de forma continua a la actualización de habilidades y conocimientos esenciales para competir en el mundo laboral. La educación y formación profesional buscan la evolución de las personas en el sentido de que puedan adaptarse a este paradigma.
La IA busca potenciar el aprendizaje de los humanos, lo que la convierte en una poderosa herramienta para impulsar la creatividad y el pensamiento crítico de las personas en diversos contextos. ¿Cómo crees que la IA transformará las diferentes áreas de trabajo o industrias? Déjanos tu opinión.
Referencias
La IA busca potenciar el aprendizaje de los humanos, lo que la convierte en una poderosa herramienta para impulsar la creatividad y el pensamiento crítico de las personas en diversos contextos.
Percy San Miguel Sevincha
Ingeniero Informático con Maestría en Educación con mención en Informática y Tecnología Educativa, con especialización en formulación de proyectos de inversión pública. Cuenta con más de 10 años de experiencia en gestión de proyectos, formulación y ejecución de proyectos TIC, análisis de datos y automatización de procesos. Actualmente es especialista en proyectos TIC en educación del Ministerio de Educación y cursa la Maestría en Dirección de Tecnologías de Información en ESAN.