Kety Jáuregui, directora de la Maestría en Organización y Dirección de Personas de ESAN, explica en una reciente columna en la Revista Stakeholders qué políticas públicas pueden impulsarse para contribuir al desarrollo sostenible del país.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son puntos de partida y brindan ejes temáticos para las políticas públicas de los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas. En el Perú, el Acuerdo Nacional, desde el 2002 y con miras al 2021, generó cuatro objetivos y definió un conjunto de políticas articuladas con los ODS que se actualizan de forma progresiva.
En esta línea, existen dos temas que, por su alcance, son especialmente críticos como ejes del desarrollo sostenible de nuestro país: salud y economía. Consideramos pertinente analizarlos desde la perspectiva laboral, ya que la pandemia generó una crisis humanitaria que puso en riesgo la subsistencia y las posibilidades de recuperación de millones de personas en todo el mundo, sobre todo los más pobres.
Esta situación alteró la visión sobre la sostenibilidad, que empezó a percibirse como una meta muy difícil de alcanzar. Es pertinente apuntar los esfuerzos y compromisos de mejora en estas áreas que se han venido gestando en nuestro país, expresados en políticas públicas, en especial las que surgieron en el contexto pandémico y de crisis que afrontamos.
En lo económico, por ejemplo, se aprobó recientemente la Política Nacional del Empleo Decente. Su objetivo es que el Estado genere las condiciones para que cualquier peruano pueda acceder a un trabajo decente y productivo, caracterizado por:
En salud, la Política Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo tiene entre sus objetivos prioritarios:
Los planteamientos antes descritos, si bien valiosos, solo son aplicables a un grupo mínimo de la población peruana. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática, para julio del 2021 la tasa de empleo informal alcanza el 78.1 %, cifra que en el ámbito rural asciende a poco más del 95 %. Antes de la pandemia, se discutía la vulnerabilidad del desarrollo del país y la lentificación de su crecimiento, que se agudizó en el contexto actual: solo en un año, la pobreza llegó a 30.1 %, retrocediendo en 2020 a cifras de hace una década.
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Fuente: Revista Stakeholders.