Jorge Guillén, docente de los programas del área de Finanzas de ESAN, comentó a La República sobre los riesgos de una desaceleración económica global y su impacto en Perú. En esta línea, destacó la importancia de fortalecer las relaciones comerciales con China e India, ante el contexto internacional incierto, y aprovechar la demanda de cobre como una oportunidad estratégica.
La guerra comercial promovida por el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha avivado el temor a una posible recesión o, en el mejor de los casos, a una desaceleración económica. Cualquiera que sea el escenario, Latinoamérica se vería fuertemente afectada debido a sus estrechas relaciones comerciales, financieras y migratorias con Estados Unidos.
Ahora bien, una recesión en EE.UU. se define como una caída significativa y prolongada de la actividad económica a nivel nacional, generalmente durante dos trimestres consecutivos. En cambio, una desaceleración de la economía estadounidense y global implica una ralentización en el crecimiento económico.
Pese a la coyuntura, la Casa Blanca emitió una orden ejecutiva el jueves pasado para disolver el comité de asesores de la Oficina Federal de Estadística, un organismo clave en la recolección y análisis de datos económicos en Estados Unidos. Lo equivalente a que el comité consultivo del INEI en Perú sea disuelto.
En ese sentido, cabe plantearse ¿cómo van a trabajar las finanzas públicas en Estados Unidos si no tienen datos estadísticos? O si los tienen, ¿los van a manipular?
Frente a la incertidumbre en EE.UU., China se presenta como una alternativa más estable. Con un plan de crecimiento del 5% para este año, el gigante asiático sigue demandando cobre, un recurso clave para la economía peruana. Además, su estructura económica planificada da mayor previsibilidad a los mercados.
De acuerdo con Jorge Guillén, docente de Finanzas de ESAN, dado que el país depende en mayor medida del gigante asiático, el aumento en los precios del aluminio y el acero podría generar una oportunidad para que la demanda se traslade al cobre.
“Perú debería enfocarse en firmar más convenios e identificar los productos con ventaja comparativa con China e India, países que están creciendo 6% en tasas de interés anual", señaló Guillén.
El banco de inversiones JP Morgan estima un 40% de probabilidad de recesión en EE.UU. para 2025. En contraste, otras entidades financieras como Citi y BBVA descartan este escenario, argumentando que aún es prematuro para hablar de una contracción económica. Por su parte, Lawrence Summers, exsecretario del Tesoro de EE.UU., considera que las posibilidades de una recesión están prácticamente en un 50-50.
Las últimas estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), prevén una desaceleración de la economía global, con un crecimiento del 3,1% en 2025 y del 3% en 2026. En cuanto a EE.UU., el organismo proyecta una expansión del PBI del 2,2% para 2025, seguida de una reducción al 1,6% en 2026.
No obstante, una posible reducción en las tasas de interés podría atenuar en cierta medida los efectos negativos de una desaceleración económica global. Empero, y según Guillén, este ajuste no se daría al ritmo esperado, ya que Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed), enfrenta limitaciones debido a los rezagos de la inflación.
Lee la nota completa aquí.