Maido: un ejemplo de gestión centrada en personas y sostenibilidad real

Maido: un ejemplo de gestión centrada en personas y sostenibilidad real

Sandor Lukacs de Pereny, docente del MBA de ESAN Graduate School of Business,  resaltó en Gestión que el éxito de Maido, recientemente elegido como el mejor restaurante del mundo, se debe no solo a su propuesta culinaria, sino a una gestión centrada en el bienestar de su equipo. Señaló que la sostenibilidad humana, la cual involucra priorizar la salud, el desarrollo y la motivación de las personas, se ha convertido en una estrategia clave para lograr resultados duraderos y competitivos en los negocios.

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En junio de 2025, el mundo gastronómico estuvo nuevamente con los ojos en el Perú, cuando el restaurante Maido fue nombrado como el Mejor Restaurante del Mundo en el prestigioso ranking The World’s 50 Best Restaurants. Sin embargo, el momento más relevante no estuvo en el galardón, sino en el mensaje que su fundador, Mitsuharu “Micha” Tsumura, quien transmitió desde el escenario: cuidar a las personas es el primer paso para lograr un impacto real y duradero, no solo en la gastronomía, sino en cualquier ámbito de los negocios.

La trayectoria de Maido es, en sí misma, una historia de sostenibilidad humana transformada en ventaja competitiva. Desde su fundación en octubre de 2009, Micha combinó técnicas japonesas con productos peruanos, elevando la cocina Nikkei a nivel mundial. Pero detrás del éxito no solo hay creatividad culinaria; hay una filosofía de gestión centrada en las personas, en su bienestar, en su desarrollo y en su conexión con un propósito mayor.

Hoy, Maido destaca no solo por su propuesta gastronómica, sino por ser un espacio donde el equipo se siente parte de una familia, donde más del 30% de los colaboradores tienen más de ocho años de permanencia y donde la mejora continua (inspirada en el Kaizen japonés) se aplica tanto a las técnicas culinarias como al crecimiento personal y profesional de cada miembro del equipo.

La apuesta de Micha va más allá del restaurante. Recientemente anunció la apertura de un centro de investigación en la Amazonía peruana, un proyecto que combina innovación, sostenibilidad y desarrollo comunitario. Esta visión integradora refleja un principio cada vez más reconocido en el mundo empresarial: las organizaciones que cuidan a las personas y generan valor para sus comunidades son las que logran un impacto sostenible en el tiempo.

Sostenibilidad humana: Más que un concepto es una nueva prioridad estratégica

En los últimos años, el término sostenibilidad ha estado dominado por métricas ambientales y reportes financieros, pero el concepto de sostenibilidad humana emerge hoy como una necesidad urgente y estratégica para las empresas. Según el informe Tendencias Globales de Capital Humano 2023 de Deloitte, las organizaciones están transitando desde una economía centrada en la eficiencia y la extracción de valor, hacia una economía impulsada por las emociones, las capacidades humanas y el bienestar integral de las personas.

Actualmente, solo el 10% de las organizaciones a nivel mundial afirma estar liderando acciones concretas en sostenibilidad humana. Al mismo tiempo, el 43% de los trabajadores considera que su empresa los deja en mejores condiciones que cuando empezaron, mientras que más de la mitad reporta agotamiento o estrés crónico, fenómeno que alcanzó récords globales en los últimos dos años. En paralelo, la acelerada expansión de la inteligencia artificial amenaza con eliminar más de 80 millones de empleos en los próximos cinco años, con un impacto particularmente negativo sobre las mujeres y los sectores más vulnerables.

Frente a estos desafíos, las empresas que invierten en sostenibilidad humana están demostrando mejores resultados en múltiples dimensiones. Estudios recientes confirman que las organizaciones que cuidan a sus empleados y fomentan entornos inclusivos, seguros y motivadores tienen una rentabilidad sobre el capital un 2,2% mayor en periodos de cinco años, emiten hasta un 50% menos de dióxido de carbono por dólar de ingreso y duplican la probabilidad de ofrecer salarios dignos que aseguren un nivel de vida adecuado.

La sostenibilidad humana, sin embargo, no se limita a ofrecer beneficios aislados o campañas de bienestar esporádicas. Requiere transformar la cultura organizacional, priorizar la salud física, mental y emocional de los equipos, invertir en formación continua, fomentar el sentido de pertenencia y generar vínculos genuinos entre las personas, la empresa y la comunidad. Es, en definitiva, construir organizaciones que dejen a su gente mejor de lo que la encontraron, y que entiendan que el bienestar individual y colectivo es inseparable de la rentabilidad y la resiliencia empresarial.

El liderazgo y la dimensión emocional como eje para la sostenibilidad

En este contexto, el caso de Maido y el liderazgo de Micha Tsumura ilustran cómo esa visión puede aplicarse con éxito. La hospitalidad no es solo una estrategia de servicio, sino una cultura organizacional que inspira motivación, compromiso y excelencia. La mejora continua no es un eslogan, sino un ecosistema vivo donde cada persona se siente protagonista del cambio. Y la vinculación con la comunidad no es una obligación ética aislada, sino una fuente de innovación, reputación y valor compartido.

En paralelo, la dimensión emocional adquiere un rol central en la sostenibilidad. Las emociones movilizan mucho más que los datos fríos. Numerosos estudios demuestran que las personas que se sienten conectadas emocionalmente con su entorno laboral y su propósito organizacional son más productivas, resilientes y leales. La empatía, la esperanza y el orgullo son tan determinantes para el éxito como las métricas financieras.

Al integrar emociones, bienestar y propósito en la estrategia empresarial, las organizaciones pueden generar cambios duraderos tanto en sus equipos como en la sociedad. Esto exige, sin embargo, una transformación profunda: pasar de una mentalidad extractiva, que ve a las personas como recursos, hacia una visión de sostenibilidad humana, donde las personas son el corazón de la organización y su desarrollo es inseparable del éxito colectivo.

La sostenibilidad humana también plantea desafíos de gobernanza y liderazgo. Las métricas tradicionales, centradas en la eficiencia o el compromiso laboral, ya no son suficientes. Es necesario diseñar indicadores que evalúen el bienestar integral, la empleabilidad, el desarrollo de habilidades y la conexión emocional de los equipos. También es clave que los líderes sean responsables de estos resultados, vinculando incluso las compensaciones ejecutivas al progreso en sostenibilidad humana, como ya lo hacen compañías como Mastercard o Genpact.

Asimismo, la sostenibilidad humana no debe ser responsabilidad exclusiva de los departamentos de Recursos Humanos. Debe integrarse en todas las áreas: operaciones, tecnología, finanzas, comunicación y estrategia. Solo así se logrará que cada decisión, cada proyecto y cada iniciativa contribuyan a crear entornos laborales más humanos, inclusivos y resilientes.

Al igual que en la cocina de Maido, donde cada detalle refleja una filosofía de cuidado y excelencia, las empresas deben construir culturas organizacionales donde las personas se sientan valoradas, escuchadas y empoderadas. Porque cuando las personas prosperan, los negocios prosperan. Y cuando el bienestar, la equidad y el propósito se convierten en la base de la estrategia, los resultados trascienden las cifras y se convierten en un legado duradero.

La sostenibilidad humana es, hoy más que nunca, una apuesta estratégica. No se trata de altruismo, sino de comprender que, en un mundo cambiante y desafiante, cuidar a las personas es la única manera de garantizar la competitividad, la reputación y la resiliencia a largo plazo. Así lo demuestra la experiencia de Maido, y así lo confirman los datos, el éxito real y sostenible siempre empieza con las personas.

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