La inflación importada y la guerra: desafíos para la estabilidad económica del Perú

La inflación importada y la guerra: desafíos para la estabilidad económica del Perú

Ana Reátegui, directora general de Administración de ESAN y docente de los Programas de Finanzas en ESAN, comentó en Infobae cómo la subida de la tasa de interés y el contexto geopolítico global, especialmente la guerra en Ucrania, influyen en la inflación que afecta al Perú y al mundo.

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En el mes de junio, el Banco Central de Reservas (BCR) levantó la tasa de interés de referencia a 5.50%, subiendo de un solo golpe 0.5%, continuando así su carrera alcista, en un contexto de elevada inflación. En mayo último, esta cifra llegó al 8.09%.

El BCR precisa que buena parte de la responsabilidad de esta situación radica en la continua alza de los precios de los productos que vienen del exterior. Justamente, la inflación importada ascendió a 4.26%, lo que significa que, del total de inflación nacional, poco más de la mitad viene de afuera.

Un elemento más a destacar en la información del BCR es que regresaríamos al rango meta hacia el segundo semestre del 2023. Esta perspectiva es bastante parecida a la que se nos decía el año pasado, por estos mismos meses. Aquí cabe mencionar que este fenómeno golpea fuertemente las economías del mundo. Por ejemplo, Estados Unidos alcanzó el 8.6% de inflación interanual; Alemania el 7.4% y Francia 6.8%.

Una pregunta que surge en este contexto es: ¿por qué se da esta situación de inflación continua cuando pensábamos que en postpandemia todo mejoraría? Y aquí la respuesta es: por la guerra. Dado que Rusia es un gran jugador en el comercio internacional de productos como el gas, alimentos de primera necesidad, petróleo y sus derivados.

Los líderes de las potencias mundiales han propuesto una serie de sanciones económicas a Rusia que han provocado el descenso paulatino del suministro de gas a Europa y el bloqueo de la salida de los cereales de Ucrania hacia el mundo. Estos dos hechos han afectado de sobremanera el mercado energético y el de los alimentos. Si bien las sanciones pueden haber afectado la economía rusa, su impacto se ha visto reducido dada la recomposición que ha logrado en materia de acuerdos comerciales con otros países. Incluso, ya se habla de que los ingresos de Rusia han aumentado, mientras que las economías globales sufren de desabastecimiento de la energía y su cadena de suministros sigue afectada.

Ante este complejo escenario, el final de la guerra no se ve cercano. Si bien las cosechas de otros países vienen recuperándose, Rusia representa una parte relevante del mercado, amenazando seriamente la seguridad alimentaria. Sin embargo, la situación podría volverse aún más crítica en el horizonte si es que el petróleo continúa subiendo, dado que su efecto rebote impactará en toda la cadena de distribución y en todos los países, siendo las poblaciones más vulnerables las que llevan la peor parte. Por ello, debemos seguir analizando de cerca su precio y tener presente que es un elemento de desestabilización social, por las implicancias políticas que pueda tener en el orbe.

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