Annalucia Fasson, profesora de los Programas en Derecho Corporativo de ESAN, analizó para la Revista Stakeholders cómo la economía circular viene impulsando la industria textil. En esta línea señaló que el consumo responsable y la sostenibilidad van de la mano y son una realidad.
La economía circular propone el uso eficiente de los recursos en las industrias, de tal manera que se evite generar residuos o desechos y estos puedan reinsertarse nuevamente dentro del proceso productivo, causando el menor impacto posible en el medio ambiente.
Para ello, se requieren propuestas inteligentes por parte de las empresas, así como leyes, lineamientos y normativas que faciliten la implementación de dichas prácticas. En ese sentido, el Ministerio del Ambiente viene impulsando los Acuerdos de Producción Limpia (APL) desde el año 2020.
Las líneas de trabajo consideradas en los APL están relacionadas a la minimización, valorización y eficiencia de materias primas e insumos, como la incorporación de material reciclado en sus procesos productivos. También involucra el trabajo con los municipios en la recolección y segregación de residuos, además de darle relevancia a los aspectos educativos, informativos y de sensibilización ambiental.
Asimismo, en noviembre del año pasado, se promulgó la Ley Nº 31072 que corresponde a la Ley de la Sociedad de Beneficio e Interés Colectivo (Sociedad BIC). Esta normativa, si bien no está dirigida puntualmente a la economía circular, sí motiva a las empresas a constituirse de tal manera que generen un impacto positivo e integren a su actividad económica la consecución del propósito de beneficio social y ambiental que han elegido.
"La sostenibilidad en la industria textil ya dejó de ser una tendencia y pasó a ser una realidad", asegura Annalucia Fasson, profesora de los Programas en Derecho Corporativo de ESAN y jefe del Área de Derecho de la Moda y Retail de Muñiz, Olaya, Melendez, Castro, Ono & Herrera Abogados. "Ahora el consumidor es más meticuloso a la hora de escoger sus productos. Muchos ya se preguntan cómo se fabricó, qué materiales se utilizaron o dónde se fabricó la ropa. Eso marca mucho la diferencia, porque el mismo consumidor es quien lo está exigiendo".
El consumo responsable y la sostenibilidad van de la mano. Es por ello que las empresas se están esforzando cada vez más en incorporar la economía circular a sus procesos. Ya no es solamente una cuestión voluntaria, sino más bien una demanda que el público mismo va exigiendo. Fasson considera que el Perú está haciendo un buen trabajo en el ámbito textil y confía en que, de seguir ese camino, los resultados serán bastante beneficiosos. La moda sostenible tiene como propósito respetar las normas ambientales y laborales. Dentro de ella, existen cuatro categorías en las cuales se enfatizan diferentes aspectos que la caracterizan.
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Fuente: Revista Stakeholder