Sin embargo, advierte la especialista Nohemí Boal, si bien estos conceptos superan a las variables contables en varios aspectos, no consiguen independizarse totalmente de dichas variables, ni en lo referente a la información que toman ni respecto de las deficiencias o desventajas que presentan.
Dicho esto, la experta menciona otro ratio que también se emplea y cuenta con información de mercado: el llamado Ratio "q" de Tobin. Este relaciona la valoración que hace el mercado sobre la capacidad de la empresa de generar renta (medida está por la capitalización bursátil o valor de mercado de la empresa) sobre el costo de adquirir la capacidad productiva de la empresa (representada por el coste de reposición de los activos).
Cuando el ratio "q" es superior a la unidad, la empresa estará creando valor, dado que el mercado realiza una valoración de la compañía superior al costo de reposición de sus activos productivos. En caso contrario se destruye valor.
Nohemí Boal señala que el indicador correcto para medir la creación de valor será aquel que enfrente la rentabilidad del accionista (Ra) realmente obtenida en el período de estudio con la que este exige a la empresa al depositar sus fondos en ella (ke). Este diferencial (que mide la creación de valor en porcentaje) se conoce como Índice de Creación de valor (ICV):
CV(%) = ICV = RA - ke
Según la economista, la rentabilidad del accionista (Ra) se define como el incremento (o disminución) de valor obtenido (VAcc) sobre la inversión inicial realizada (Io), medida esta última por la cotización de la acción al inicio del período. Por su parte el mayor o menor valor obtenido se compone de lo que ha variado la capitalización bursátil de la acción más la remuneración neta recibida por el accionista como dividendos, recompra de acciones, etc.
El segundo componente, la rentabilidad exigida por el accionista, se corresponde con el coste de los recursos propios según el mercado (ke) y que se calcula utilizando el Modelo de Valoración de Activos Financieros y CAPM.
Nohemí Boal refiere que si el ICV es positivo se entiende que ha creado valor, y si es negativo indica que no se han superado las expectativas del accionista, y en consecuencia se destruyó valor. "Este ratio o indicador, además de medir correctamente la creación de valor, tiene como ventaja añadida que permite la comparación entre empresas, independientemente de la dimensión de las mismas", señala la analista.
Finalmente, si queremos saber cuál es la creación de valor en términos de unidades monetarias, se debe multiplicar el ICV por la inversión realizada (Io) al inicio del período (cotización inicial).
FUENTES CONSULTADAS:
Artículo "Ratios de creación de valor", de Nohemí Boal Velasco, publicado por el portal Expansión.
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