Vivimos en un mundo saturado de información, pero con escasa interacción personal. Los directivos se enfrentan cada día a situaciones que no solo involucran datos, sino también emociones. Este último aspecto es en el que aún falta preparación.
Al ingresar a la universidad o al instituto de formación superior, se sigue un proceso para obtener conocimientos sobre una materia. Al ejercer la profesión, surge la decisión de desempeñarse o especializarse en un área específica. Para ello, se requieren herramientas o técnicas particulares que permitan desenvolverse con propiedad en el campo elegido. Este proceso tiene un alcance limitado, porque se centra en adquirir habilidades técnicas insuficientes para el desarrollo profesional, directivo y personal a largo plazo.
Existen otro tipo de habilidades denominadas humanas o comunicacionales que son más importantes en una coyuntura en la que el uso de la tecnología reemplaza la interacción entre las personas. Todo profesional necesita adquirir estas habilidades, ya que no basta tener estudios, títulos y generar grandes ganancias a las organizaciones. Si no se tiene la capacidad de interrelacionarse de manera adecuada con los públicos, sean internos o externos, los méritos técnicos quedan en segundo lugar.
En el Perú, es muy común que aún se mantenga la costumbre de coleccionar diplomas. Es decir, se acumulan certificados de capacitaciones, talleres y programas, entre otros. Muchos de ellos, en el fondo, son técnicamente lo mismo. Este comportamiento genera una grave distorsión en el mercado, porque se suele creer que a mayor capacitación más capacidad de resolver, y no necesariamente es así.
Las habilidades estratégicas se refieren a la capacidad de responder y adaptarse de manera eficiente, eficaz y oportuna a cualquier coyuntura.
Así surge un tercer tipo de habilidades: las estratégicas, referidas a la capacidad de responder y adaptarse de manera eficiente, eficaz y oportuna a cualquier coyuntura. No se aprenden en las aulas, sino que resultan de la práctica de las habilidades técnicas y humanas o comunicacionales. La adquisición de conocimientos técnicos no asegura que una persona afronte con éxito la vida profesional y menos un papel directivo.
Las habilidades humanas, también llamadas blandas, son fundamentales para el desarrollo del liderazgo. No es posible la existencia de un líder sin capacidad de mover masas, de motivar a un grupo de personas hacia el cumplimiento de objetivos y mucho menos de generar compromiso. El líder es una persona que tiene una serie de cualidades, entre las que se destaca su flexibilidad para adaptarse a los cambios y la capacidad para reaprender.
El manejo de las herramientas tecnológicas juega en contra de los procesos comunicacionales en las organizaciones. El poco o nulo contacto personal y humano, así como la escasa capacidad de los directivos para interpretar lo que pasa por la mente de sus subordinados y para entender el estado emocional de las organizaciones, fuerza al reencuentro de los profesionales con su esencia humana y el reaprendizaje de las formas de comunicarse con su entorno.
Las habilidades estratégicas se refieren a la capacidad de responder y adaptarse de manera eficiente, eficaz y oportuna a cualquier coyuntura.
Coordinador académico de los Diplomas Internacionales en Comunicación de ESAN. Asesor, consultor y conferencista en temas comunicacionales. Socio principal de ANTEZANA Comunicación Corporativa. Creador y organizador del Congreso Suramericano de Comunicación Corporativa - COMUSUR y académico fundador de la Cátedra Itinerante de la Nueva Teoría Estratégica (CiNTE). Se ha desempeñado como Ejecutivo de Planificación Estratégica y de Comunicación Corporativa en CAF – Banco de Desarrollo de América Latina; y como Director de Comunicaciones y Protocolo en el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo del Perú (MINCETUR). MBA por la Universidad Politécnica de Madrid, España. Coach ontológico certificado por The Newfield Network.
La inteligencia artificial transforma cada vez más el proceso de diseño de actividades operativas de comunicación en las organizaciones. Los comunicadores corporativos deben actualizar sus habilidades estratégicas y de gestión digital para mantener su competitividad.
La reputación corporativa se construye sobre la base de las apreciaciones de sus públicos externos y también de los colaboradores. Sin embargo, muchas empresas aún desconocen este concepto o lo confunden con otros cuyo proceso de formación es muy distinto.
Las crisis surgen sin previo aviso en las organizaciones, y dejan a las áreas de comunicación con escaso margen de tiempo de acción. Un manual de crisis puede orientar el accionar en estas situaciones, pero para su correcta función es preciso conocer cuáles son sus características y alcances.