El análisis financiero y el análisis económico coinciden en asumir que las personas y las empresas pueden medir y maximizar su utilidad. Para seleccionar los proyectos, el principal criterio económico y financiero es la eficiencia. Esto se mide en términos de maximización de las ganancias o minimización de los costos de mercado en el caso del análisis financiero; y la maximización de los beneficios sociales netos cuando se emplea el análisis económico.
El análisis financiero considera las inversiones desde la perspectiva de una entidad individual: un productor, un propietario de tierras, un grupo, una compañía u organización gubernamental o no-gubernamental. Los costos por los bienes y servicios están basados en el valor actual pagado o percibido por el individuo, la comunidad, o la organización. El análisis incluye el flujo de fondos como ocurre en la inversión, con gastos fijos y operativos -tierra, trabajo y capital- produciéndose cada año gastos e ingresos. Todo subsidio, impuesto o transferencias entre individuos, comunidades, compañías u organizaciones son considerados estrictamente desde el punto de vista de flujos (entradas o salidas) de caja.
En el análisis económico se evalúan los costos y las ganancias de un proyecto desde la perspectiva de la sociedad como un todo. Se asume que la realización de un proyecto ayudará al desarrollo de la economía y que su contribución social justifica el uso de los recursos que necesitará. En consecuencia, el análisis económico considera la valoración de los costos y beneficios sociales del proyecto; así como el uso de métodos estimativos de precios-sombra cuando los costos y beneficios difieren de los precios de mercado; y la valoración fuera del mercado y la transferencia de beneficios, para precios de bienes y servicios que no tienen precios de mercado directos.
El economista mexicano Jorge García Hoyos señala que la evaluación financiera es un análisis que se hace con fines de lucro, o de tipo empresarial, que tiene por objeto medir la eficiencia del capital social aportado para financiar un proyecto. Se le denomina indistintamente como evaluación financiera, evaluación del capital social o evaluación del empresario.
Añade que se habla de evaluación financiera cuando "el empresario centra su principal interés en determinar la rentabilidad del capital social. Seguidamente, respecto de la evaluación económica el especialista refiere que, al igual que la evaluación financiera, su objetivo es de lucro de tipo empresarial y su propósito consiste en medir la eficiencia de la inversión involucrada en un proyecto. Es decir, incluye tanto la eficiencia de los recursos propios (capital social) como de los recursos obtenidos de créditos o préstamos.
Así, García Hoyos concluye que se habla de evaluación económica cuando "además de calcular la evaluación financiera, se considera que es conveniente preparar un análisis de rentabilidad no sólo del capital social, sino de la inversión total (capital social más préstamos)".
FUENTES CONSULTADAS:
"Guía para la evaluación económica y financiera de proyectos forestales comunitarios en México", del Banco Mundial publicado por el website Profor.
Artículo "Evaluación financiera, económica y social: ¿Cuáles son sus diferencias?", de Jorge García Hoyos, publicado por la revista Equilibrio Económico.
¿Deseas saber más acerca de la evaluación económica y evaluación financiera de proyectos? Inscríbete en el PEE en Formulación, preparación y evaluación de proyectos nuevos y proyectos en marcha de ESAN.
Portal de negocios de ESAN Graduate School of Business. Desde el 2010 difunde contenido de libre acceso (artículos, infografías, podcast, videos y más) elaborado por los más destacados especialistas. Encuentra contenido en más de 15 áreas y sectores como Administración, B2B, Derecho Corporativo, Finanzas, Gestión de Proyectos, Gestión de Personas, Gestión Pública, Logística, Marketing, Minería, TI y más. ¡Conéctate con los expertos de ESAN y aumenta tu conocimiento en los negocios!
Jhonnatan Horna, profesor del área de Operaciones y Tecnologías de la Información de ESAN, reflexionó en Gestión sobre cómo debería ejercerse el liderazgo en la gestión de proyectos. Es así como señaló que lejos de imponer, un líder necesita escuchar, hacer preguntas y construir con el equipo.
Otto Regalado, docente del MBA y jefe del área académica de Marketing de ESAN, advirtió en Infobae que en un entorno laboral transformado por la inteligencia artificial (IA), dominar esta tecnología y las múltiples herramientas que la emplean ya no es opcional, sino esencial. Precisó que los profesionales, especialmente mayores de 40 años, deben integrar la IA en su trabajo diario para mantenerse competitivos y relevantes.
Roberto Serra, expositor internacional de ESAN, afirmó en Gestión que liderar una empresa es como dirigir una orquesta: se requiere visión compartida, flexibilidad y trabajo en equipo. En contextos de incertidumbre, propone sustituir la rigidez por experimentación y empoderar a los equipos para adaptarse y avanzar con cohesión.