La eficiencia energética se puede medir a través de indicadores que, a su vez, miden la variación de consumos unitarios de energía en el tiempo. Se debe considerar que la eficiencia energética está relacionada con la intensidad de uso de la energía, pero no es lo mismo.
En términos generales, la intensidad de uso de la energía se entiende como la relación inversa de eficiencia energética. Así, un incremento en la eficiencia energética permite la disminución en el uso de la energía para la obtención de una misma cantidad de producto. Inversamente, un mayor uso de energía para producir un mismo bien supone una menor eficiencia energética.
Expertos chilenos en construcción de indicadores de eficiencia energética señalan que la mayor dificultad para medir la eficiencia energética es su aislamiento de otros factores que determinan el consumo de energía. Añaden que de este modo solo se puede cuantificar con precisión las medidas de eficiencia energética si se efectúa una medición y seguimiento del consumo de energía a nivel de equipo.
Por ello, la variación en la intensidad de uso de energía se utiliza como una buena medida que permite una aproximación en la medición de eficiencia energética. Esto ocurre porque existen otros factores que afectan el consumo de energía en la producción.
Los indicadores energéticos sirven para analizar interacciones entre la actividad económica y humana, el consumo de energía y las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Estos indicadores permiten identificar dónde se pueden efectuar ahorros de energía, tanto en una empresa como a nivel agregado, en una economía.
El uso de indicadores energéticos permite también contar con información acerca de las tendencias del consumo histórico, y también pueden ser empleados para proyectar la demanda futura de energía.
Según la International Energy Agency (IEA), para entender cómo impacta la eficiencia energética se requiere separar el impacto de los cambios en el nivel de actividad, estructura económica y otros factores exógenos que influyen en la demanda de energía, de los cambios en la intensidad energética en sí (que son una indicación de la eficiencia energética). Esto se logra empleando un método de descomposición con el cual se separa y cuantifica los impactos de los factores individuales de cambio en el nivel de actividad, estructura e intensidad energética en el consumo final de energía, en cada sector y en cada país.
A nivel micro, señala la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), la intensidad de uso de energía puede ser medida como unidades de energía dividida por unidades de producto en términos termodinámicos, físicos o monetarios. En el caso de la minería, la forma más adecuada de construir indicadores de intensidad de uso de energía es utilizar la cuantificación en unidades físicas. Esto se debe a tres razones principales, señala la Cochilco: i) los indicadores físicos entregan una medida objetiva en la cuantificación de la energía utilizada en la producción de bienes valorados por los consumidores; ii) la medición en términos físicos permite realizar una comparación temporal de la intensidad de uso sin requerir a correcciones temporales económicas como precios o costos; iii) permite la comparación internacional.
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FUENTE CONSULTADA:
Documento "Indicadores de eficiencia energética: Bases esenciales para el establecimiento de Políticas", publicado por la International Energy Agency (IEA).
Estudio "Construcción de Indicadores de Eficiencia Energética en Minería" publicado por la Comisión Chilena del Cobre.
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