
¿Cómo medir los productos y servicios de una empresa en comparación con la competencia? La respuesta está en el benchmarking, una técnica muy importante en un mundo globalizado, en donde las firmas nacionales y multinacionales compiten en distintos mercados. Aunque está herramienta posee diversas aplicaciones, su uso en la gestión estratégica de compras es fundamental.
El benchmarking permite observar y analizar qué es lo que están haciendo las industrias similares. Su objetivo es determinar cómo las corporaciones con mayor experiencia, o aquellas que destacan en el mercado actual, realizan sus procesos. Así lo indica Richard Moarri, docente del Diploma Internacional en Gestión de Compras de ESAN. Además, agrega que "debe manejarse solo como una referencia, ya que la compañía, para poder gestionar su estrategia de compras, tiene que analizar su propio entorno. Es decir, evaluar sus recursos, limitaciones, objetivos, entre otros factores".
En función a estos detalles, la organización actúa de determinada manera para lograr, por ejemplo, una meta comercial, la compra de nuevos equipos, de materia prima y más. Entonces, si se toma como referencia lo que están realizando las industrias semejantes, se pueden incorporar sus procesos a la estrategia propia a modo de complemento. No obstante, afirma el experto, no se debe copiar exactamente lo que otra industria realiza porque cada empresa tiene sus propios recursos y entornos.
"Una compañía debe tener una estructura que se adecúe a los recursos con los que cuenta. El benchmarking se toma como referencia para incorporar elementos que podrían funcionar en el proceso", resalta Richard Moarri. Así, es posible emular ciertos procedimientos para la adquisición de recursos en una empresa, los cuales funcionan en otras firmas líderes pero que, con ciertas modificaciones, pueden ser aplicados en otra organización. Dicha aplicación se realiza con todas las metas que tenga el área de gestión de compras.
Además, el benchmarking se puede dividir en dos tipos. El primero es externo: las compañías realizan pruebas comparativas para hallar las ventajas y desventajas de los competidores directos en el mercado. Así se evalúan los procesos, logística, distribución, marketing y otros factores importantes. Para este objetivo se pueden utilizar herramientas como la matriz DAFO.
El segundo es funcional, el cual apunta directamente a los productos y servicios, pues se comparan los propios con los de la competencia. Aquí se puede analizar las reacciones de los clientes o consumidores para con los productos, la satisfacción ante un servicio, cómo han respondido ante una publicidad, etc.
El benchmarking no es una técnica que se tome a la ligera. Muchas empresas dedican una área y presupuesto único para su uso, pues de ella dependerá la formulación de estrategias sobre la gestión de compras. Por ejemplo, estará dirigida a concluir la innovación de un producto, los cambios que se realicen a un proyecto comercial, la manera en que se contacta a posibles proveedores y más.
Fuentes:
 
 Entrevista a Richard Moarri, docente en el Diploma Internacional en Gestión de Compras de ESAN.
Roberto Espinoza. "Benchmarking: qué es, tipos, etapas y ejemplos".
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