El sector agrario atraviesa una difícil situación en el mundo. En enero, decenas de agricultores europeos dejaron sus herramientas de trabajo y salieron a las calles para protestar por la falta de apoyo de los Gobiernos de sus respectivos países. La situación es similar en India, donde se exige un precio mínimo para todos los productos agrarios. Por su parte, la Unión Europea se ha reunido con los principales actores de la industria agrícola del continente para tratar de solucionar los conflictos. 

En vista de estos cambios sociales y ahora que varios Gobiernos se dan cuenta de cuán vital es garantizar la alimentación de la población, en vista del cambio climático que afecta los cultivos, es importante que el Perú explore nuevos mercados y diversifique sus destinos de exportación para reducir su dependencia de un solo mercado. Esta ampliación de destinos potenciales le permitirá responder ante cualquier imprevisto que bloquee las rutas tradicionales de los envíos. 

Escasez y mercados potenciales

El fenómeno meteorológico El Niño, que este año trajo sequía al Perú y parte de África y Asia, ha puesto en riesgo la producción de varios tipos de alimentos. Hace unos años, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) declaró que el arroz y el plátano se encontraban entre los productos más escasos en el mundo y estoy segura que este enunciado aún es válido en la actualidad. 

En esa línea y si pensamos en productos estrella del Perú con cambios históricos de su precio, a mí me llamó la atención el precio del cacao en la actualidad. Al 5 de febrero de este año, se confirmó que su precio en el mercado internacional ya había trepado a los USD 5246 por tonelada y la proyección es que se mantenga al alza. 

En este panorama, es importante que el Perú busque nuevos mercados potenciales. Una opción serían los países asiáticos que sufrirán escasez de ciertos alimentos por El Niño. Los mercados europeos afectados por conflictos sociales también son una buena alternativa. En ambos casos, nuestro país constituiría una buena fuente de suministro. 

Accesibilidad, economía y competitividad

La situación geopolítica ha dificultado el acceso a mercados para los agricultores peruanos. Si bien las transacciones son más abiertas que hace 20 años, hoy ser observan tensiones comerciales entre ciertos países, así como barreras arancelarias y restricciones comerciales persistentes. Otra barrera a tomar en cuenta es que hay países donde es más difícil ingresar porque desean proteger su propia producción. Les comparto un ejemplo práctico: en la actualidad, vivo en Israel y aquí no puede importarse mango peruano. 

La estabilidad o inestabilidad económica de algunos países puede afectar la demanda de productos agrícolas peruanos. A su vez, esta situación impacta en los precios y la rentabilidad de los cultivos en el agro peruano. También debemos tomar en consideración que los tratados de libre comercio (TLC) abren las puertas para que el Perú pueda exportar ciertos tipos de productos, pero también permiten la entrada de competidores externos. 

En ese sentido, puede que algunos agricultores no sean capaces de competir ante empresas más grandes no solo en términos de precio, sino también en calidad y uso de tecnología. Esta situación se observa cada vez que se firma un nuevo TLC entre Perú y otro país. La competitividad peruana mejora, de alguna manera, con el ingreso de más competidores. 

Otra consecuencia positiva del TLC es que promueve la modernización de la agricultura local e incentiva al sector a adoptar prácticas y estándares internacionales que aumenten su eficiencia, a la par que invierte más en tecnología. Todo ello aumenta la competitividad del agro peruano. Por ello, a largo plazo, estos tratados constituyen una vía para que el país cuente con una mayor disponibilidad de alimentos para la población. 

Planes alternativos

Los agroexportadores peruanos hoy pueden acceder a varios mercados, pero también afrontan algunas dificultades importantes a considerar. El cambio climático, por ejemplo, impacta de manera directa en el cultivo y la fluctuación de los precios. Luego tenemos ciertas regulaciones y, por supuesto, los conflictos geopolíticos. En ese sentido, la agricultura nacional debe estar cada vez más digitalizada. 

La aplicación de nuevas tecnologías en el campo aumentaría la eficiencia de los cultivos, optimizaría el uso de recursos y facilitaría la consecución de un ecosistema sostenible que tanto se requiere en el ámbito internacional. Por todo ello, la digitalización es un elemento clave y constituye el inicio de la siguiente gran revolución que ocurrirá en el Perú, ya que cada vez más empresas adoptan nuevas herramientas tecnológicas. 

Como parte de mi estadía en Israel, uno de los países líderes en implementación de tecnologías en actividades agrícolas, observo a diario empresas agroexportadoras peruanas que están muy interesadas en llevar este tipo de herramientas digitales al mercado. No obstante, si bien la digitalización del agro peruano ya está en marcha, el ritmo podría agilizarse todavía más. Para ello, las empresas deben optimizar mejor sus recursos y estar listas para responder a situaciones o cambios imprevistos. 

Otra estrategia que no debemos dejar de impulsar es la participación del país en ferias internacionales, ya que permiten establecer contactos con potenciales compradores y distribuidores. Al final, todos los esfuerzos beneficiarán la calidad y la competitividad internacional de los productos agrícolas peruanos. ¿Qué otras acciones consideras necesarias? Déjanos tu opinión.

Te invitamos a aprender más sobre este y otros temas relacionados participando en los programas que el sector Agronegocios de ESAN tiene para ti.