El pasado 6 de marzo, el Perú se unió a la lista de países afectados por la llegada del coronavirus. En doce días el número de infectados ha sobrepasado los 100 sin contar los casos asintomáticos o no reportados. El gobierno ha reaccionado rápidamente y se han decretado duras medidas con impactos sociales y económicos.
Esta crisis viene trayendo muchos aprendizajes y el mundo corporativo no es ajeno a ellos; sin embargo, la forma de aprender de algunas organizaciones sigue siendo muy particular: "me equivoco y aprendo". A continuación, expongo cinco comportamientos que, en esta coyuntura excepcional, vienen dejando una marca negativa a nivel reputacional.
Todos estos comportamientos tienen un factor en común: la falta de empatía, ya sea al ciudadano, al usuario o al trabajador. La empatía es un ejercicio comunicacional en el que -necesariamente- se debe interactuar con el otro para tener la mejor respuesta. Es decir, no basta "ponerse en el lugar del otro", asumiendo que es lo que el otro quiere, sino que debe verificarse a través de la retroalimentación para perfeccionar la acción o respuesta.
El no conocer y reconocer la necesidad de actuar empáticamente está teniendo un impacto importante en la reputación de aquellas empresas que no actuaron de manera correcta. No es un tema de dinero, de ingresos, en un tema de activos intangibles; que, si bien no se visibiliza en el corto plazo, genera un daño permanente. La gente seguirá siendo tu cliente porque no tiene otra opción, no porque te prefiera. Eso es mala reputación.
Economista (Universidad Central de Venezuela); Máster en Administración de Empresas (Universidad Politécnica de Madrid); Coach Ontológico por The Newfield Network. Ha sido Ejecutivo de Planificación Estratégica y de Comunicación Corporativa en CAF – Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe; y director de Comunicaciones y Protocolo en el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo del Perú. Coordinador académico en ESAN; socio principal de ANTEZANA Comunicación Corporativa.
La interacción, la efectividad y la empatía son algunos principios que todo Gobierno nacional, regional o local debe establecer para que su comunicación sea una herramienta estratégica de gestión.
La inteligencia artificial transforma cada vez más el proceso de diseño de actividades operativas de comunicación en las organizaciones. Los comunicadores corporativos deben actualizar sus habilidades estratégicas y de gestión digital para mantener su competitividad.
La reputación corporativa se construye sobre la base de las apreciaciones de sus públicos externos y también de los colaboradores. Sin embargo, muchas empresas aún desconocen este concepto o lo confunden con otros cuyo proceso de formación es muy distinto.