Lydia Arbaiza, decana de ESAN Graduate School of Business, expuso que muchas transformaciones empresariales como reestructuraciones, expansiones o fusiones fracasan por tres razones clave: falta de compromiso de la alta dirección, alta rotación del personal y desalineamiento cultural. Para evitar estos errores, brindó una serie de recomendaciones en su último artículo en Gestión.
Las reestructuraciones, expansiones geográficas y fusiones entre compañías constituyen cambios importantes para toda organización. Su fracaso se traduce en una disrupción fallida y oportunidades de crecimiento perdidas. Este costo suele ser, incluso, más alto que el de la gestión interna y la consultoría externa.
En ese sentido, cabe preguntarse cómo pueden las empresas aumentar sus posibilidades de éxito al llevar adelante una transformación de gran magnitud. La solución pasa por entender los factores que conllevan al fracaso de estos procesos.
Un cambio organizacional exige a los líderes capacidades distintas a las de un simple cargo interno. No debemos olvidar que se trata de una transformación con gran impacto en la forma de trabajar. En ese sentido, una falta de compromiso de los profesionales encargados de liderar el cambio puede conducir a un resquebrajamiento permanente de la dinámica de trabajo habitual.
La directiva empresarial, además de mantenerse alineada, deben mostrar un compromiso pleno con la ejecución exitosa de las acciones, los planes y los proyectos relacionados con la transformación de su compañía. Una buena idea para potenciar el desempeño general del personal es implementar un sistema de recompensas que fomente la adopción de un enfoque más operativo en el corto plazo.
La alta rotación es otro factor que conduce al fracaso de las iniciativas de cambio organizacional. El abandono de la empresa a corto plazo de los colaboradores perjudica la moral y el diálogo en el interior de los equipos de trabajo. Asimismo, aumenta la carga de trabajo del resto del personal y disminuye su compromiso, al mismo tiempo que evidencia la inestabilidad de la compañía.
La disminución de la confianza de los trabajadores en el liderazgo de su empresa puede motivarlos a informar de esta situación a los colegas que buscan trabajo, lo que retrasará el reclutamiento del nuevo personal. Además, quienes se retiran llevan consigo experiencia e información que serán muy difíciles de reemplazar a corto y mediano plazo, sin mencionar los costos asociados con la capacitación.
La alta rotación también ocasiona la interrupción de muchas iniciativas y proyectos, grandes y pequeños, lo que dificultará el logro de objetivos. Por todas estas razones, la alta dirección debe mantener satisfecho y comprometido a su equipo mediante la construcción de un espacio de trabajo amigable y un adecuado sistema de capacitaciones, reconocimientos y promociones.
Un último factor que causa el fracaso del cambio organizacional es el desalineamiento cultural, es decir, la desincronización entre la manera de pensar de los trabajadores y el conjunto de normas, valores y demás lineamientos internos de la empresa. Esta falta de sintonía entre el mindset del personal y la compañía es más grave de lo que parece, ya que puede provocar desconfianza y cinismo entre los colaboradores.
Para mitigar este desalineamiento cultural, la alta dirección debe impulsar un programa enfocado en la capacitación de los colaboradores sobre la cultura interna de la compañía. Esperamos que esta información te permita mitigar los posibles riesgos cuando llegue el momento de liderar un cambio trascendental en tu organización.
Referencias
Lee la nota completa aquí.