El 95 % del tiempo, nuestro subconsciente determina lo que pensamos, hacemos y sentimos. Es el cuerpo que ya piensa por ti y tú haces lo que dice. No es que piense en el sentido literal de la palabra, sino que está programado por ti para pensar, hacer y sentir de una determinada manera. Mientras no cambiemos este programa, el subconsciente seguirá pensando, actuando y sintiendo de la misma forma y tú serás su víctima. 

¿Cómo actúa el subconsciente en tu vida?

El 5 % del tiempo, gestionamos conscientemente de siete a nueve datos de información a la vez, es decir, nuestra atención está limitada. Por ello, cuando transformamos en hábito una acción repetitiva, esta pasa al subconsciente y liberamos la mente consciente para centrar nuestra atención en otro asunto. Debido a esta limitación, la mente consciente suele prestar atención a lo necesario para asegurar su supervivencia. 

Un buen ejemplo es cuando aprendemos a manejar. Tenemos que poner atención al embrague, los cambios, el freno, el timón, el espejo retrovisor, los espejos laterales, el semáforo y los otros carros. Hasta aquí, ya contamos nueve aspectos en qué pensar y, por lo tanto, al conductor no puede prestar atención a lo que le dicen, a la música o algo más en el ambiente porque podría desencadenarse un aparatoso choque. 

En cambio, el subconsciente gestiona del 93 al 97% de tus pensamientos, creencias, comportamientos, hábitos y entorno. Por ende, en un estado hipnótico, una persona puede describir con detalle todo lo que hay en la habitación donde se encuentra. Sin embargo, no recordará nada de esta información conscientemente o a largo plazo si no le sirve para su supervivencia. Un ejemplo conocido son algunos estudios en el colegio, que suelen borrarse de la memoria porque casi nunca se usan. 

De todos los poderes que poseemos, la atención es lo más importante, ya que con ella damos vida. Si no le prestas atención a algo, para ti no existe. Solemos pedir que se nos preste atención, lo que significa que esta no se regala, solo se presta. Una gran muestra de su importancia. La atención es tan valiosa que hoy vivimos en un mundo lleno de estímulos, muchas veces gratuitos, porque lo que le interesa al mundo es tu atención. 

La atención es energía y amor, y necesitamos entrenarla. Hay que tener cuidado porque prestarle atención a una información errada puede distorsionar la percepción, lo que nos lleva a manejar de manera inadecuada la energía y, en lugar de usarla para crear, se convierte en nuestro peor enemigo. Si la atención es tan valiosa que todos la quieren, no sería mejor usarla para prestarte atención a ti mismo, así conocerte y conocer tu personalidad para hacer los cambios necesarios que te permitan experimentar lo que realmente quieres.  Tu personalidad se encuentra en tu subconsciente, recuerda que es el que realmente dirige tu vida.   

¿Cómo se relacionan la atención y la física cuántica? 

Ambos conceptos tienen mucho que ver, ya que el subconsciente tiene leyes muy parecidas a la física cuántica y el consciente, a la física tradicional. Por lo tanto, si aprendes a distinguir entre la física tradicional y la física cuántica, podrás ser dueño de tu subconsciente, tanto de tu sentir como de tu pensar, y dejar de ser su victima. Si trabajas con tu mente consciente, dejarás de ser jefe para convertirte en tu propio líder, y recuperarás tu poder más grande: la libertad de elegir dónde poner tu atención. 

Coexisten en nosotros dos mundos en simultáneo, con leyes distintas que se complementan, como los hemisferios cerebrales que están unidos, pero uno ve el todo y el otro, solo partes separadas. La física tradicional se rige por el tiempo y el espacio, al igual que el consciente, mientras la física cuántica no depende del tiempo ni del espacio, al igual que el subconsciente, para el cual el tiempo es relativo.

El consciente pertenece al mundo visible, que corresponde al 1 % de la realidad, porque es efecto. El subconsciente pertenece al mundo invisible, que es la causa de todo lo manifestado en el mundo físico. Usa el poder de tu atención para darle vida a lo invisible y deja de actuar con base en una programación. El mundo invisible es un estado ilimitado, desconocido, lleno de posibilidades y probabilidades a tu disposición. ¿Ya has intentado entrenar tu atención? Cuéntanos tu experiencia. 

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