Sandor Lukacs de Pereny, docente del MBA y de los programas de sostenibilidad de ESAN, detalló en La Industria el panorama general de la producción azucarera en La Libertad.
Desde las inversiones privadas que revitalizaron el sector cañicultor peruano en 1997 hasta la fecha, la región de La Libertad ha emergido como el principal productor de caña de azúcar. Y es que con aproximadamente US$ 1.800 millones invertidos, esta región ha sido pieza fundamental en el renacimiento de la industria. Ello se ha logrado mediante la adquisición de ingenios tradicionales y nuevas inversiones y tecnología que han ampliado la frontera agrícola en más de 30.000 hectáreas. En este artículo, proporcionamos mayores detalles sobre esta industria.
Actualmente, el Perú lidera los rendimientos productivos a nivel global en cuanto a la industria cañicultora se refiere. Para ponernos un poco en contexto, nuestro país supera incluso a Brasil al mostrar un rendimiento promedio entre 125 y 130 toneladas por hectárea. Esta hazaña ha llevado al país a producir alrededor de entre 1 millón y 1,2 millones de toneladas de azúcar al año. Lo interesante es que la región La Libertad encabeza como principal productora. No obstante, el camino no ha sido del todo sencillo.
A pesar de los desafíos climáticos que han afectado la producción de azúcar, el país ha capitalizado nuevas oportunidades comerciales. Esto se evidencia en las exportaciones a Estados Unidos, Colombia, Ecuador y, más recientemente, a Europa. Sin embargo, es necesario destacar que el Perú también importa entre 250.000 y 300.000 toneladas de azúcar anuales, principalmente, en formatos específicos refinados o para aplicaciones específicas industriales. Asimismo, y ya hablando en términos de producción de un subproducto, el alcohol, nuestro país es un actor importante. Según cifras del Ministerio de la Producción, el Perú produce entre 180.000 y 189.000 metros cúbicos anuales. Además, mientras que otro subproducto, el etanol, se exporta en su totalidad a Europa, el mercado local depende en gran medida de las importaciones provenientes de los Estados Unidos.
La industria cañicultora ha impulsado fuertemente el desarrollo económico del país. Por ejemplo, este sector ha generado más de 100.000 empleos entre directos/indirectos. Por otro lado, La Asociación Peruana de Agroindustriales del Azúcar y Derivados (Perucaña) informó que la producción de caña de azúcar en el Perú, destinada para la industria de azúcar de mesa, superó los 10 millones de toneladas métricas (TM) en 2023. Al respecto, en términos de contribuciones productivas, La Libertad, número uno nacional, experimentó un aumento del 8.5% en su producción. Por el contrario, regiones como Lambayeque, Áncash y Arequipa registraron retrocesos en su producción, impidiéndoles alcanzar los niveles de prepandemia.
A pesar de los logros, la industria enfrenta retos importantes. Hemos detectado que las principales barreras/limitaciones van desde asegurar un suministro hídrico adecuado hasta promover políticas públicas que impulsen la diversificación y el desarrollo sostenible. [...]
El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) ha adquirido recientemente semillas de caña de azúcar de alta calidad genética de México. La meta es mejorar la competitividad de la industria azucarera peruana. Estas semillas, que son producto de 117 cruces biparentales, serán evaluadas por el INIA para desarrollar nuevas variedades. Para estos efectos, se llevará a cabo investigaciones detalladas a fin de caracterizar agromorfológicamente de las nuevas variedades. De igual modo, se busca analizar aspectos físicos y químicos, evaluar la genética de los clones de caña, así como su tolerancia a plagas y adaptabilidad al clima. Todo esto con el fin de identificar aquellas variedades prometedoras que puedan servir como base para el desarrollo de nuevas variedades genéticamente superiores y agronómicamente para la industria azucarera nacional.
Y es que, con el desarrollo de estas nuevas variedades de caña de azúcar con alta productividad, la calidad de los jugos podría tener un impacto sustancial en el rendimiento productivo de las más de 160,000 hectáreas de cultivo en diversas regiones del Perú. Además, estas acciones apuntan a resolver uno de los principales desafíos tecnológicos en la producción de caña de azúcar: la falta de variedades y semillas de calidad.
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Uno de los principales retos a superar por la industria cañicultora son las emisiones. En ese sentido, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) ha destacado la necesidad de controlar y mitigar las emisiones generadas por las actividades de las empresas azucareras en La Libertad. Esta tendencia global se basa en la visión antropogénica del cambio climático. Por ello, se han propuesto medidas como la implementación de la cosecha verde, que reduce la quema de caña de azúcar mediante el uso de maquinaria para recolección y aprovechamiento de residuos. También, se han establecido horarios y distancias mínimas para la quema de caña, con el objetivo de proteger a los centros poblados cercanos. En paralelo, se ha puesto énfasis en el monitoreo de la calidad del aire con estaciones de vigilancia en áreas cercanas a las operaciones de las empresas con miras a evaluar la presencia de partículas suspendidas y otros parámetros meteorológicos. Ya hay casos de empresas azucareras, como Casa Grande, que han sido sujetas a medidas administrativas. Por ejemplo, se ha establecido la prohibición de quema de caña en áreas cercanas a centros poblados, así como la realización de estudios de dispersión de contaminantes atmosféricos obligatorios.
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