El alquiler temporal en el Perú (modelo Airbnb) está en auge, pero cabe cuestionar si podrá sostenerse sin reglas claras ni profesionalización. Analicemos los retos y las oportunidades de un sector que busca consolidarse frente al sector hotelero tradicional.
El alquiler temporal ha dejado de ser una práctica emergente para consolidarse como una opción relevante dentro de la hospitalidad en el Perú. Según datos de Airbtics, al 2025, solo en Lima existen más de 15 000 anuncios activos en Airbnb, lo que refleja la magnitud del fenómeno. Sin embargo, este crecimiento no está exento de retos.
La ausencia de reglas claras, la heterogeneidad en la calidad del servicio y la competencia con el sector hotelero tradicional plantean la necesidad de dar un siguiente paso: profesionalizar la gestión y diversificar la oferta.
La llegada de visitantes al Perú ha registrado una recuperación significativa. En el 2024, ingresaron más de 3.2 millones de extranjeros, un 29 % más que en el 2023, según data de AmCham Perú al 2025. En paralelo, se registraron 19 millones de viajes internos en apenas seis meses, de acuerdo con información de Mincetur al 2024. Estos indicadores han impulsado la demanda por alojamientos alternativos en ciudades principales y destinos emergentes.
Cada vez más peruanos eligen el alojamiento temporal como una manera de desconectarse de la rutina o disfrutar un fin de semana diferente sin salir de su ciudad. Este patrón es muy visible en Lima, donde predominan las estadías de una o dos noches. En provincias, en cambio, suelen prevalecer las estadías largas, motivadas por el turismo familiar o los viajes de negocios.
Aunque Airbnb lidera este mercado, otras agencias de viajes en línea (OTA, por sus siglas en inglés), como Booking y Expedia, también han incrementado su inventario de alojamientos temporales en Perú. Asimismo, han ampliado la competencia y ofrecido una mayor visibilidad internacional a los anfitriones locales.
En la actualidad, el sector hotelero opera con incertidumbre normativa. Mientras en algunos distritos, como Miraflores, se han impuesto ordenanzas que limitan los alquileres temporales, en el Congreso se debaten proyectos de ley que buscan establecer un marco legal más uniforme, con registros y estándares mínimos.
Si bien muchos operadores temen mayores restricciones, lo cierto es que una regulación clara puede traer beneficios: legitimar al sector, ordenar la tributación y facilitar la relación con clientes corporativos que exigen formalidad. Otros países de la región, como México o Colombia, ya avanzaron en el establecimiento de reglas que equilibran la oferta con la protección al consumidor.
El segundo reto consiste en profesionalizar el servicio. Muchos anfitriones aún operan de manera improvisada, lo que genera experiencias desiguales y limita el potencial del mercado. Para sostener el crecimiento, será necesario estandarizar procesos, elevar la calidad de la hospitalidad y aprovechar herramientas digitales.
En este proceso, las empresas de property management han surgido como una alternativa para la gestión integral de los inmuebles. Su labor incluye la administración de reservas en distintas plataformas, la coordinación del housekeeping y el mantenimiento, y la atención al huésped. Este modelo refleja un paso hacia una oferta más organizada y competitiva.
Esta profesionalización no debe depender solo de iniciativas empresariales. La academia debe formar cuadros especializados que respondan al auge del sector. Los programas universitarios y técnicos en gestión hotelera, turismo y administración de propiedades pueden constituir un semillero de talento con competencias en hospitalidad, marketing digital y revenue management.
La articulación entre universidades, institutos y la industria permitirá preparar profesionales que administren alojamientos, diseñen experiencias memorables y fortalezcan la competitividad del alquiler temporal en el Perú.
Más allá de la elección de distritos o destinos, la verdadera fortaleza del alquiler temporal en el Perú radica en su capacidad de diversificación. Algunos anfitriones y operadores han empezado a diseñar productos especializados: alojamientos adaptados para nómadas digitales, espacios pet friendly para quienes viajan con mascotas o departamentos equipados para estadías familiares largas.
Esta diversificación también se refleja en la inclusión de servicios adicionales que marcan la diferencia en la decisión del huésped: desde departamentos que ofrecen cochera incluida hasta aquellos que suman servicios de streaming, lavandería, áreas comunes equipadas u otras comodidades. Estos detalles, aunque pequeños, generan un valor añadido que mejora la experiencia y permiten a los anfitriones destacar frente a la competencia en un mercado cada vez más exigente.
El alquiler temporal en el Perú es una industria en crecimiento que busca consolidarse como parte esencial de la hospitalidad. Para lograrlo, se necesita avanzar en regulación y profesionalización, pero también en un esfuerzo constante de diversificación. Si el sector logra adaptarse al contexto descrito, el Perú podrá consolidarse como un mercado competitivo en el escenario global del alquiler temporal. ¿Qué otra dimensión crees que debería incorporarse para fortalecer este sector en crecimiento? Cuéntanos tu opinión.
Referencias
El alquiler temporal en el Perú debe regularizarse, profesionalizarse y diversificarse con urgencia para consolidarse como una industria en el sector inmobiliario.
Magíster en Marketing por ESAN y ESIC Business & Marketing School (España), con más de 10 años de experiencia en el diseño y ejecución de estrategias de marketing online y offline en sectores como banca, educación y hospitalidad. Licenciado en Gestión y Alta Dirección con mención en Gestión Empresarial por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha complementado su formación con estudios en Experiencia de Usuario (Centrum PUCP) y Growth Marketing (Colectivo23).
Se ha desempeñado como Digital Media Planner en Mindshare Perú y como Marketing Manager en Hacienda García Inc., distribuidora de alimentos con sede en San Francisco, EE. UU. Actualmente es cofundador y Head of Marketing en Aloja Host, empresa administradora de departamentos en Airbnb.
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