El recorrido del BAP Unión por diversos puertos de escala estratégica de Europa, Asia y Norteamérica permite a los visitantes de otros países experimentar el Perú a un nivel de inmersión y autenticidad particularmente alto.
En el gran océano del marketing internacional, solemos imaginar campañas digitales, anuncios globales o activaciones en ferias mundiales. Sin embargo, en un giro excepcional, el marketing despliega sus velas y zarpa. Este es el caso del BAP Unión, el imponente buque escuela a vela de la Marina de Guerra del Perú, reconocido como uno de los más modernos y grandes de su clase en el mundo. En la actualidad, este embajador marítimo surca los océanos en una travesía de seis meses y lleva consigo mucho más que futuros oficiales navales: transporta la esencia del Perú.
Bajo el mando del capitán de navío Juan José Roncagliolo Gómez, el BAP Unión trasciende su misión formativa para los cadetes de la Escuela Naval. Se erige como una embajada flotante del país, por lo que constituye una poderosa herramienta de diplomacia y, de manera fundamental, de marketing y posicionamiento internacional de la Marca Perú.
A lo largo de su travesía global, el BAP Unión establece puertos de escala estratégicos en diversos continentes: Europa, Asia y Norteamérica, entre otros. En cada destino, abre sus cubiertas al público y a delegaciones oficiales, y les ofrece un detalle distintivo: una sala de exhibición dedicada a revelar lo mejor del Perú.
Allí, visitantes de diversas culturas tienen la oportunidad de descubrir y degustar el exquisito café de especialidad peruano, probar el emblemático pisco, apreciar productos confeccionados con la suave fibra de alpaca, admirar piezas de cerámica y textiles inspirados en nuestras ancestrales culturas, y sumergirse en la belleza de nuestros paisajes y tradiciones mediante imágenes y videos impactantes. Esta experiencia va más allá de la mera información, ya que apela a los sentidos y deja una huella imborrable en la memoria de quienes la viven.
Lo que acontece a bordo del BAP Unión ejemplifica de manera magistral el marketing experiencial: una estrategia que busca forjar una conexión emocional profunda con el consumidor a través de vivencias auténticas. La travesía del buque no se limita a exhibir productos, pues comunica la identidad del Perú, su rica diversidad, la calidez de su gente y la calidad de sus productos.
Este tipo de acciones reviste un significativo valor comercial. Los visitantes no solo conocen marcas peruanas, sino que experimentan el Perú de manera personal y cercana. Como sabemos, una marca vivida tiene una mayor probabilidad de ser recordada, recomendada e, incluso, demandada en otros mercados.
El caso del BAP Unión ilustra cómo las instituciones pueden generar un valor que trasciende su función primordial, al articularse con sectores clave como el comercio exterior, el turismo y la cultura. Su itinerario se alinea de manera estratégica con los objetivos comerciales: abrir nuevos mercados, posicionar productos peruanos con valor agregado y fomentar inversiones o acuerdos bilaterales.
Esta estrategia no es aislada. El despliegue internacional del buque se da gracias a una articulación estrecha con entidades clave del aparato estatal, como Promperú, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) y el Ministerio de Relaciones Exteriores. A través de las Oficinas Comerciales del Perú en el Exterior (OCEX), se potencia la promoción de exportaciones, el turismo y la inversión, se facilita el acceso a nuevos mercados y se maximiza el alcance de la Marca Perú. Además, en cada puerto, las embajadas peruanas actúan como aliados estratégicos y se aseguran de que el mensaje del país llegue con fuerza y precisión.
La idea de llevar la esencia de una nación en una embarcación para proyectarla al mundo puede sonar poética, pero, en el caso del BAP Unión, se trata de una estrategia concreta y distintiva. Pocas naciones han logrado integrar de manera tan clara los conceptos de formación militar, diplomacia, promoción comercial y marketing de país en una única iniciativa.
Si bien algunas potencias marítimas como España, con el Juan Sebastián de Elcano, o Colombia, con el buque ARC Gloria, también emplean sus naves escuela para representar a sus culturas, el Perú ha llevado este concepto un paso más allá. El BAP Unión no solo representa, sino que vende, promueve y narra de manera activa una historia con clara intencionalidad comercial, a la vez que se vale de elementos sensoriales, experiencias inmersivas y mensajes cuidadosamente alineados con la Marca Perú.
Como parte de su ruta, este año, el BAP Unión llegará a Londres para reforzar la candidatura del Perú ante la Organización Marítima Internacional (OMI), cuya sede se encuentra en la capital británica. Este hecho no es menor: la OMI agrupa a los principales actores del transporte marítimo mundial y cuenta con una presencia activa en esta organización. Así, potencia el posicionamiento internacional del Perú como nación marítima estratégica.
A pesar de que la experiencia a bordo del BAP Unión pueda parecer eminentemente analógica, su estrategia de marketing también integra herramientas digitales y de inteligencia artificial (IA). Desde el análisis del perfil de los visitantes por país hasta el monitoreo de redes sociales y la retroalimentación en tiempo real, la tecnología permite medir el impacto de las visitas, adaptar los mensajes y optimizar futuras ediciones de esta estrategia.
Por ejemplo, el análisis de datos puede revelar un mayor interés en productos de alpaca en ciertas regiones, y permite enfocar la promoción en esos mercados. Además, la IA generativa se utiliza para producir piezas visuales personalizadas, ofrecer traducciones automáticas de materiales promocionales y realizar análisis predictivos de tendencias. Así, este viaje simbólico se transforma en una operación estratégicamente inteligente.
En un mundo saturado de estímulos digitales, la capacidad de generar experiencias memorables y significativas se convierte en un activo invaluable. El BAP Unión es mucho más que un buque escuela: es una estrategia flotante de Marca País, una plataforma viva que conecta al Perú con el mundo a través de los sentidos, la historia y la emoción.
Esta travesía no solo forja a futuros oficiales navales, sino también inspira a futuros aliados comerciales, abre puertas diplomáticas y emociona a quienes descubren nuestro país desde el mar. Cada puerto representa una oportunidad para mostrar la esencia del Perú, no solo desde la tradición, sino también desde la innovación, el valor agregado y la visión de futuro que la nación está construyendo.
En un contexto global donde la diferenciación es clave, la travesía del BAP Unión ofrece una lección poderosa: cuando el marketing, la identidad nacional y la estrategia comercial se alinean con un propósito trascendente, pueden cruzarse océanos y derribar barreras culturales, comerciales y emocionales con una sola vela desplegada. ¿Cuán efectiva te parece esta estrategia? Déjanos tu opinión.
El aporte del BAP Unión a la Marca Perú es posible gracias al alineamiento del marketing, la identidad nacional y la estrategia comercial con un propósito trascendente.
Administrador de Servicios con Maestría en Marketing. Cuenta con más de 8 años liderando áreas comerciales en empresas de distintos sectores. Especialista en la elaboración y desarrollo de estrategias comerciales, marketing y planificación. Actualmente se desempeña como Sales Solution Engineer en Vtex, empresa líder en tecnología e-commerce.
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