Arturo García, profesor de Finanzas de ESAN, sostiene que dado los diversos factores financieros y económicos -internos y externos- a los que el país está expuesto, se espera que los créditos a personas desaceleren su crecimiento en lo que queda del año, para volver a tomar impulso aún el 2024.

“Los créditos de consumo fueron los que más crecieron el año pasado. Es más, la variable que en el 2022 dinamizó la economía fue el consumo interno, sobre todo, aquel referido al crédito de consumo. Sin embargo, debido a las mayores tasas de interés globales, al menor crecimiento esperado de la economía nacional, al posible fenómeno El Niño global y a los conflictos sociales vividos desde inicios del año, este sector se está desacelerando cada vez más, golpeando así al crédito total de las personas”, detalla.

García agrega que existe una mayor cautela por parte de la banca para otorgar créditos a las personas por los riesgos que avizoran. “No obstante, ante este suceso, las personas hacen uso de las tarjetas de crédito, las cuales ya son líneas aprobadas. Sin embargo, se debe advertir que esto resulta peligroso porque los clientes estarán expuestos a niveles altos de endeudamiento, lo que luego se traduce en altos niveles de morosidad”, refiere.

De acuerdo con qué tan grave sea el impacto del posible El Niño global, argumenta que las tasas de crecimiento de los créditos podrían volverse negativas -en el peor de los casos-. “En el terreno optimista, esperamos que de cara al cierre del año, los bancos centrales empiecen a bajar las tasas de interés, lo que dinamizaría a este sector y con ello también a la economía nacional”, puntualiza.

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